Durante su participación en el programa “Odisea Argentina” (LN+), Perochena refutó la idea de que el país haya sido una potencia global a comienzos del siglo XX. Basándose en datos del economista Angus Maddison, explicó que Argentina ocupaba el puesto 13 en PBI per cápita en 1913, pero con una población de apenas 7,5 millones, muy lejos del peso internacional de naciones como Alemania o Estados Unidos.
La historiadora advirtió que el indicador económico no basta para definir a una potencia, ya que implica capacidad de influencia en el orden internacional. “Argentina era rica, pero no moderna ni desarrollada”, sostuvo, y citó una carta de Carlos Pellegrini de 1901 que reconocía que el país aún necesitaba un siglo para alcanzar ese estatus.
Milei respondió desde su cuenta de X con una descalificación personal: “Se jacta de saber historia y arranca negando un dato base. Si revisa las series de Madison le colapsará el cerebro (resulta claro que lo tiene lleno de parásitos)”. El mensaje generó repudio en ámbitos académicos y universitarios, que defendieron el derecho al disenso y la libertad de expresión.
Perochena replicó con una defensa del rol crítico de los historiadores, señalando que “no estamos para avalar los mitos que construyen los liderazgos mesiánicos”. También cuestionó el reemplazo de profesionales en museos por funcionarios con discursos políticos, en línea con el despido de Gabriel Di Meglio del Museo Histórico Nacional.
El cruce se enmarca en una creciente tensión entre el Gobierno y sectores intelectuales, en medio de una disputa por la narrativa histórica y el lugar de la memoria en la construcción política. La historiadora recibió el respaldo de la Universidad Nacional de Rosario, que repudió los agravios presidenciales.
Este episodio reaviva el debate sobre cómo se interpreta el pasado en el discurso público y qué límites existen en el uso de datos históricos para legitimar proyectos políticos. La polémica también expone el estilo confrontativo del presidente, que no duda en atacar personalmente a quienes cuestionan su visión.
Redacción Diario Inclusión










