Argentina es el segundo país que más soda consume en el mundo, solo detrás de Alemania, según datos que circulan desde la llegada de SodaStream al país en 2017. Sin embargo, más allá de la tradición de los sifones y el clásico sodero que aún recorre algunas calles, la máquina para hacer soda en casa sigue generando curiosidad, ventajas y críticas.
La marca SodaStream, con más de un siglo de historia, irrumpió en el mercado argentino hace siete años bajo la promesa de modernizar la experiencia de consumir soda. Desde su presentación en el país, ya se vendieron más de 42.000 máquinas y 90.000 tanques de recarga anuales, según datos de la propia empresa en una nota reciente de Forbes Argentina.
Su historia global también es curiosa: nació en Reino Unido en 1903 y fue popular entre las élites hasta convertirse en un producto más masivo. La empresa israelí SodaClub la adquirió en los ’90 cuando estaba al borde de la quiebra. Luego, el fondo Fortissimo Capital la rescató y, bajo la dirección del ex Nike Daniel Birnbaum, relanzaron la marca con foco ecológico: combatir el consumo de botellas plásticas y bebidas azucaradas. En 2018, PepsiCo compró la firma por USD 3.200 millones, fortaleciendo su presencia en más de 45 países.
¿Vale la pena SodaStream frente al tradicional sifón?
El periodista Javier Ledesma compartió su experiencia personal tras años de uso de la SodaStream. Entre los pros destaca su diseño atractivo, la posibilidad de controlar la intensidad de las burbujas y la practicidad de hacer soda en casa. Entre las contras: el tamaño poco práctico para guardar, la dependencia de la botella específica que viene con la máquina, y la pérdida rápida de gas si no se consume la soda en el momento.
Por su parte, el histórico sifón Drago, creado en Argentina en 1965 por Enrique Álvarez Drago, sigue vigente y compite con un costo accesible. Actualmente, el sifón Drago con su tanque de dióxido de carbono ronda los 21.000 pesos, mientras que la SodaStream más básica parte desde los 7.500 pesos y la premium puede llegar a 30.000 pesos.
A pesar de que en su llegada SodaStream había anunciado la posibilidad de fabricar en el país, finalmente nunca se concretó y las unidades continúan llegando desde el exterior.
El futuro de la soda en Argentina
En un país con cultura sodera arraigada y con marcas como Cimes, Sierra de los Padres, Seco, Manaos y Saldán en las góndolas, la disputa entre tradición y modernidad continúa. SodaStream planeaba desembarcar en Chile en 2023 y la expansión en América Latina podría reforzar su presencia en la región.
Para quienes buscan una soda fresca y rápida en casa, SodaStream puede ser una opción práctica, aunque con limitaciones en capacidad y conservación del gas. Para los nostálgicos o quienes prefieren la tradición, el sifón Drago sigue siendo el rey de la soda casera.
Redacción: Diario Inclusión.