Con las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires como telón de fondo, el mercado financiero argentino se encuentra en estado de alerta. La posibilidad de una derrota del oficialismo en ese distrito clave podría desatar una escalada en el dólar y presionar aún más las tasas de interés, que ya se ubican en niveles históricamente altos.
Gabriel Caamaño, economista de Outlier, plantea tres escenarios posibles: si el oficialismo logra un buen resultado, las tasas podrían relajarse levemente; si el resultado es ambiguo, todo seguiría igual; pero si el gobierno sufre una derrota más profunda de lo esperado, el escenario podría agravarse significativamente.
Francisco Ritorto, de ACM, coincide en que el factor electoral condiciona la dinámica financiera. Asegura que las tasas seguirán altas para contener al dólar, aunque esto enfríe la actividad económica. Además, advierte que el esquema de bandas cambiarias podría volverse insostenible, con contratos de futuros que ya descuentan un dólar por encima del techo previsto para diciembre.
Christian Buteler, otro analista consultado, señala que la volatilidad continuará. Las tasas de caución a un día se estabilizaron en torno al 50%, pero no se descarta un nuevo repunte. Mientras tanto, el gobierno sigue interviniendo en el mercado de futuros para mantener el dólar a raya, aunque con cada vez menos margen de maniobra.
La inflación también entra en juego. Se espera que agosto cierre por encima del 2%, y septiembre podría seguir esa tendencia. La suba de tasas impacta en la actividad, pero también ayuda a moderar los precios por la caída del consumo. Sin embargo, el efecto es limitado: el crédito en pesos a empresas representa apenas el 4% del PBI.
Con salarios estancados y una recuperación desigual, el escenario económico ya mostraba fragilidad. Las condiciones actuales —tasas elevadas, incertidumbre política y presión cambiaria— no hacen más que acentuar esa vulnerabilidad.
En este contexto, la pregunta sigue abierta: ¿apostar al dólar como cobertura o confiar en las tasas en pesos como ancla antiinflacionaria? Septiembre será el juez de una pulseada que define mucho más que una inversión.
Redacción Diario Inclusión