Pese al contundente triunfo de Axel Kicillof sobre La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, la interna peronista volvió a encenderse. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, cuestionó el desdoblamiento electoral y atribuyó el resultado a la figura de Cristina Kirchner, relativizando el rol del gobernador en la victoria.
“El desdoblamiento salió bien, pero el resultado es multicausal. Con Cristina hubiera sido mucho mejor”, declaró Mendoza, dejando en evidencia las diferencias estratégicas dentro del oficialismo. La frase no solo tensiona el vínculo con Kicillof, sino que también expone la incomodidad de Máximo Kirchner, quien no participó de los festejos en el búnker de Fuerza Patria.
Lo cierto es que, el triunfo del peronismo, se debió a la gran puesta en marcha de un trabajo conjunto de muchos sectores representados por figuras como las de Sergio Massa, Máximo Kirchner, Juan Grabois, Guillermo Moreno y la fuerte jugada de los intendentes. Además, en un análisis fino de los números, son más los votos que perdió el Mileismo, que los que sumó el peronismo, lo que implica que el castigo en las urnas al gobierno de Milei, se debió más bien por el ausentismo y apatía en las urnas que por la avalancha de votos a la oposición.
Por otro lado, hay quienes consideran que si las elecciones no se desdoblaban e iban juntas en octubre, el triunfo hubiera sido más contundente, ya que el gobierno de Milei llegaría más debilitado, y toda la fuerza peronista, se habría movilizado en una sólo elección.
En el acto de celebración, los cánticos que proclamaban “es para Axel la conducción” contrastaron con la ausencia del líder camporista. Aunque se había reservado un espacio para él en el hotel Grand Brizo de La Plata, Máximo optó por no asistir, marcando distancia en un momento clave para el armado político bonaerense.
La relación entre Kicillof y La Cámpora viene deteriorándose desde hace meses. El gobernador esquivó respaldos explícitos a Cristina en la conducción del PJ nacional y comenzó a perfilar una corriente propia dentro del peronismo. Las tensiones escalaron con maniobras legislativas que buscaron condicionar su gestión, y ahora se reflejan en el reparto de poder dentro del gabinete.
Ministros camporistas como Florencia Saintout evitaron mencionar a Kicillof en sus mensajes de celebración, destacando en cambio la figura de Cristina y la militancia. El silencio sobre el gobernador resulta incómodo, especialmente cuando se estima que La Cámpora controla más de 500 cargos en el gobierno provincial, incluyendo áreas clave como Justicia, Cultura, Ambiente, IPS e IOMA.
La victoria de Kicillof reconfigura el mapa interno del peronismo bonaerense. Intendentes y dirigentes del “axelismo” que respaldaron al gobernador ahora reclaman mayor protagonismo, mientras que el acuerdo de convivencia con La Cámpora parece agotado.
Cristina Kirchner envió un audio al búnker que fue emitido antes del discurso de Kicillof, pero apenas lo mencionó. El PJ bonaerense, conducido por Máximo, se auto-felicitó por el triunfo sin nombrar al gobernador. La disputa por la conducción del peronismo está lejos de resolverse, y el resultado electoral, lejos de calmar las aguas, parece haberlas agitado aún más.
Esta disputa se debe a que sectores del progresismo insertados en Fuerza Patria, pretenden simplificar la victoria del pasado domingo en una «genialidad de estrategia electoral» del gobernador bonaerense, más que a un trabajo y esfuerzo conjunto de todo el peronismo que se unió, sobre todo, después de que Cristina Kirchner sea puesta en prisión.
Redacción Diario Inclusión