En medio de una jornada marcada por la volatilidad y el desplome de activos argentinos, el ministro de Economía, Luis Caputo, salió al cruce de la incertidumbre con una frase que resonó en los mercados: “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda”. La declaración busca frenar la escalada del dólar mayorista, que ya roza los $1475, y calmar a los inversores tras una semana de fuerte deterioro financiero.
Caputo defendió el esquema de bandas acordado con el FMI y ratificó que el Banco Central seguirá interviniendo para sostener el techo cambiario. En las últimas 48 horas, se vendieron más de US$430 millones de reservas, en un intento por contener la presión sobre el tipo de cambio. Sin embargo, el riesgo país se disparó a 1453 puntos, y los bonos argentinos sufrieron pérdidas de hasta 14%.
El ministro también prometió que en las próximas semanas se anunciará el pago de los vencimientos de deuda de enero y julio de 2026, como gesto de compromiso fiscal. “No tengan ninguna duda de que vamos a garantizar los pagos”, afirmó, en una entrevista por streaming que buscó transmitir calma pero terminó generando más ruido político.
Caputo no escatimó críticas a la oposición, a la que acusó de impulsar un “ataque político” sin precedentes. “Estamos viendo una cosa bizarra en el país”, lanzó, en referencia a los vetos presidenciales rechazados por el Congreso. También cargó contra el periodismo, al que acusó de querer desestabilizar al Gobierno.
A pesar del contexto adverso, el funcionario destacó que la macroeconomía “está muy sólida”, con superávit fiscal y una inflación “controlada”. Sin embargo, los datos del mercado contradicen esa narrativa: caída de reservas, aumento del riesgo país y desplome de activos financieros.
En clave electoral, Caputo vaticinó un triunfo de La Libertad Avanza en las legislativas del 26 de octubre y elogió al presidente Javier Milei por haber “hecho un trabajo que no se veía en 120 años”. Planteó una dicotomía extrema: “Es comunismo o nosotros”, en un mensaje que refuerza la polarización política.
La estrategia oficial parece apostar todo a la intervención cambiaria y la narrativa de confrontación. Pero los mercados, por ahora, responden con desconfianza.
Redacción Diario Inclusión