Un nuevo escándalo involucra al cantante argentino L-Gante, tras la cancelación de su gira por el norte de Uruguay, que incluía presentaciones en Tacuarembó, Artigas y Bella Unión. La suspensión fue atribuida por el entorno del artista a incumplimientos económicos por parte de los organizadores, mientras que desde la producción uruguaya se denunció una “actitud irresponsable” y se anticipó que podrían iniciarse acciones legales.
Según explicó Luis Perdomo, allegado al cantante, la decisión de no viajar se tomó luego de que solo se abonara el 35% del total acordado, cuando el pago completo debía haberse realizado al menos un día antes del show. “El artista, antes de subirse al avión, necesita que esté toda la logística confirmada”, expresó Perdomo en diálogo con Infama, y subrayó que no se cumplieron las condiciones pactadas.
Sin embargo, desde el sector empresario uruguayo dieron otra versión. En diálogo con Montevideo Portal, uno de los productores locales relató que la producción del espectáculo cumplió con todos los requerimientos exigidos por el equipo de L-Gante, incluyendo el alquiler de un avión privado, contratación de hoteles, riders técnicos, seguridad, viáticos por adelantado y equipos para el show. “Invertimos miles de dólares. Pagamos al representante y tenemos documentación que lo avala”, aseguró.
La primera señal de alerta fue la ausencia del avión privado que debía trasladar al artista a Salto. Desde la producción argentina informaron entonces que no viajarían y propusieron una reprogramación, lo que generó fuerte indignación entre los empresarios responsables de la organización.
“La suspensión fue completamente unilateral. Esto nos generó un daño económico enorme y un gran desprestigio. Ahora tenemos que devolver entradas, asumir pérdidas y evaluar qué medidas legales tomaremos. Esto no es serio, es cero profesionalismo”, concluyó uno de los organizadores.
L-Gante ya había protagonizado incidentes similares en marzo, cuando dejó sin presentaciones a dos locales nocturnos en Uruguay, según reportes recogidos por periodistas locales.
El conflicto por los shows no realizados pone en evidencia versiones cruzadas y una disputa económica que podría terminar en los tribunales, mientras los seguidores del artista y los afectados por la cancelación esperan una resolución.
Redacción Diario Inclusión