Al menos 50 personas murieron este martes en un atentado suicida en una mezquita en el noreste de Nigeria, en la región de Adamawa, ejecutado presuntamente por un adolescente miembro del grupo yihadista Boko Haram.
El atentado ocurrió en Dezala, una comunidad situada al norte de la zona de Mubi, y si bien aún ningún grupo se adjudicó el atentado, las sospechas recayeron inmediatamente sobre Boko Haram.
Este grupo yihadista tiene su base en el vecino estado de Borno y fue culpado de decenas de ataques similares a lo largo de los años.
Según un testigo citado por la agencia de noticias local NAN, el ataque tuvo lugar a las 5 de la mañana, hora local (la 1:00 en la Argentina), informó la agencia de noticias Europa Press.
Las autoridades sospechan que el atacante fue un adolescente, desconocido para la gente de la zona, que se inmoló en momentos en los que se realizaban los rezos matutinos, informó la agencia de noticias EFE.
El vocero de la policía local, Othman Abubakar confirmó que la cifra de muertos asciende a 50, mientras que «todavía están tratando de determinar el número de heridos porque están en varios hospitales», lo que podría elevar el número de víctimas mortales.
El atacante «se mezcló entre los fieles» para entrar en la mezquita y «activó sus explosivos» durante la oración, precisó el funcionario, que apuntó a Boko Haram como responsable, sin nombrarlo.
Este ataque ha sido el primero que se registra en Mubi en los últimos tres años, desde que, en 2014, la localidad fue liberada del dominio del grupo islamista, que la había rebautizado Madinat al-Islam («Ciudad del Islam» en árabe).
El Estado nigeriano de Adamawa, que cuenta con una universidad regional, fue muy afectado por la violencia durante la insurrección en 2014-2015 y luego, a diferencia de su vecino Borno, bastión de Boko Haram, fue volviendo a una inestable calma.
Pero en las últimas semanas esta región fronteriza con el densamente poblado macizo de Mandara, en la frontera con Camerún, donde hay varios campamentos de Boko Haram, vivió una nueva ola de ataques.
Boko Haram es señalado como responsable de más de 20.000 muertes durante su actividad insurgente durante la última década, que extendió a los países vecinos y desplazó a millones de personas, provocando además una grave crisis humanitaria.
