Un gol agónico de Mayada le dio el 2-2 ante el Flamengo por la Copa.
Con un gol de otro partido, River salvó la ropa para sumar un punto de oro en su visita a Flamengo por el primer partido del Grupo D de la Copa Libertadores. El equipo de Marcelo Gallardo, con un esquema conservador, igualó 2-2 en un partido que se jugó a puertas cerradas y en el que estuvo dos veces en desventaja. Dourado y Éverton para el local; Mora y Mayada, sobre la hora, para la visita. Hoy se enfrentan Independiente Santa Fe y Emelec, los otros equipos del grupo.
En el primer tiempo no hubo riesgo. Apenas un disparo desde afuera del área para el Flamengo que no inquietó a Franco Armani. Mientras que River recién a los 45 minutos inquietó a Diego Alves con un tiro libre de Mora que el arquero despejó con lo justo. Lo que se pudo advertir fue a un equipo local con la intención de pararse en campo contrario y crear juego con pelota al piso pero con pocas ideas, y al visitante esperando en mitad de cancha con una línea de cuatro defensores y cinco mediocampistas.
En este escenario, un par de jugadas polémicas le pusieron picante al partido: un codazo de Jonas a De la Cruz (perdió un diente) que el árbitro dejó pasar y un penal para el Fla por mano de Zuculini que no fue cobrado.
En la segunda mitad, en apenas tres minutos se vivieron las emociones que faltaron en la primera mitad. A los 7 minutos, Ponzio le cometió un penal infantil a Diego que Dourado cambió por gol. Se le venía la noche al Millo pero a los 10 apareció Mora –en offside- que peinó un centro de De la Cruz para igualar las acciones. Cinco minutos después, se invirtieron los roles y Mora habilitó a su compatriota que definió débil y tapó Alves. Cuando parecía que se adueñaba del partido, llegó el segundo del Fla a través de Éverton tras un mal cálculo de Martínez Quarta. A falta de 7 minutos, River tuvo el empate en la cabeza de Martínez Quarta pero cabeceó por encima del travesaño. El partido se moría cuando a los 41 Mayada tomó un rebote desde 25 metros y con un violento remate puso el empate para el Millonario. Un balde de agua fría para el Flamengo, que tenía el juego controlado. Un respiro para el equipo de Gallardo, que volvió a jugar mal pero perseveró hasta el final y rescató un punto en un escenario complicado.