En algunos barrios analizan cerrar las puertas debido a que la situación es insostenible.
La olla a presión en la que están sumergidos los comedores está llegando a su punto máximo: el cierre. La devaluación que aplicó el nuevo gobierno apenas asumió, más la alta inflación que dejó el anterior, llevó a un aumento de los alimentos en los que ya ni los tradicionales platos populares como arroz o fideos, son una opción posible.
Noelia Peralta mantiene hace 6 años el comedor «Creciendo Juntos», el único de San Calixto. Lograr un plato es una odisea, por lo que cada comida puede ser «la última».
Por eso, aseguró la mujer, «ya no llegamos ser ni indigentes. Aumentan la Tarjeta Alimentar pero de qué sirve si hoy un kilo de carne en el barrio te sale $8, $9 mil pesos, azúcar $1500 , ya ni fideo que está a mil pesos y ni hablemos del arroz».
Un duro cierre
Roxana Esquivel de Sembrando Futuro estuvo cinco años brindando un plato de comida tres o cuatro veces a la semana a 200 personas en Floresta. Sobrevivió hasta donde pudo, y cerró. Sin embargo los vecinos aún le van a tocar la puerta para saber «cuándo vuelven». La única ayuda fija que tenía era el pan de la panadería social pero se lo quitaron. Mientras, piensa un proyecto con amigos.
Llegar a fin de mes
En el comedor «Soplo de Amor» del barrio dos de Abril, en tanto, agradecen llegar a fin de año. Su responsable, Daniela Gutiérrez contó que ante el aumento de demanda, volvieron a usar la lista de espera. » Ya no estábamos usando el cuaderno desde enero. Fue el cambio de presidencia y volvimos», aseguró a la par de aclarar que «no le interesa la política». Las ollas se raspan, y cuando ya no hay nada, se comparte. » Aquí hay muchas familias numerosas, vienen con 6 o 7 chicos y a veces le decimos que no hay y ahí comenzamos a sacar de los tuppers de las chicas que vienen a cocinar, para que alcance», explicó la mujer.
Ante una ayuda estatal inexistente, las colaboraciones de los particulares son esenciales y las difusiones, un puente. «A nivel provincial no tenemos nada, del Ministerio de Desarrollo te dicen que ellos no ven lo que es solventar para comedores. Desde que salió la nota con ustedes hay una señora que nos dona de vez en cuando, y con eso tratamos de mantener el comedor», aseguró la voluntaria de San Calixto. Mientras que la voluntaria de Dos de Abril aprovechó para destacar al hombre que anónimamente, luego de leer la nota en este matutino les pagó la deuda de casi medio millón de pesos que tenían con Gasnor. Además les compró el anafe que se les rompió por la falta de uso.
Sin carne vacuna
La carne roja hace tiempo dejó de consumirse en los comedores, y la única que se podía, hasta ahora, era el pollo. Pero en los últimos días, advirtieron, la caja se fue a $30 mil. «Lo hervimos y lo procesamos y hacemos milanesas pero mezclando con verduras, lentejas, pan rallado», explicó Daniela sobre el ingeniero gastronómico ante la inflación.
En este contexto, las fiestas son una incertidumbre y los que pueden brindaron un almuerzo navideño. El menú navideño de San Calixto fue una para muslo con ensalada. Y ayer fue el de Dos de Abril que recortó el tradicional almuerzo. «El señor que nos donaba la carne todos los años nos dijo que nos consiguió sólo 20 kilos. Hace 5 años que nos daba todos los insumos pero este año vino de menos todo», indicó Daniela.
Nota: El Tribuno de Salta
