Una ciudad entre el abandono y la desidia en materia de higiene y salubridad pública.
Ante la muerte fatal de un joven de 28 años, quien estaba siendo tratado en el Hospital Juan Domingo Perón de la Ciudad de Tartagal, por el contagio de hantavirus, que es transmitido por roedores y que, en algunos casos, se viraliza entre humanos, alarmó a los vecinos de Tartagal, además de que también se confirmó que actualmente existe otra persona hospitalizada como caso sospechoso de hantavirus.
Lo que se puede observar es que tras varios años los vecinos se quejan por la falta de higiene y limpieza en la ciudad, reclamando y resaltando la contaminación que existe, y ello sobre todo por la basura y las aguas servidas que invaden varios sectores de la misma.
Los vecinos se muestran preocupados por la situación que aqueja ya en todo el país, existiendo 11 víctimas fatales por la misma causa. Siendo de gran relevancia que en circunstancias tales como éstas, los gobernantes adopten, de forma urgente, medidas de política pública en materia de prevención y erradicación del virus, a los fines de evitar que el número de víctimas incremente. Lo que no demostró el gobierno comunal por su parte, ya que es de gran necesidad que se realicen desmalezamientos, descacharrado y un control intensivo de bromatología para concretar medidas que son vitales y que por el momento no se encuentra realizando el Municipio de Tartagal.
Por su parte, el Ministerio de Salud de la Provincia de Salta emitió a la sociedad el comunicado de que si ven roedores o baldíos descuidados hay que notificar inmediatamente al municipio para que este accione. Agregando que además ante los primeros síntomas es importante consultar lo antes posible porque depende de eso la evolución.
A modo informativo es importante tener en cuenta lo siguiente:
La característica principal de estos ratones es que tienen una cola muy extensa.Por eso se los denomina «colilargo», informaron desde la Fundación Huésped, quienes además trazaron un mapa con las cuatro regiones en las que habitan estos animales.
¿Cuáles son sus cuatro vías de contagio?
Por inhalación: es la causa más frecuente. Se produce al respirar el virus que desprenden las heces o la orina de los roedores infectados, tanto en lugares abiertos como cerrados (galpones, huertas, pastizales).
Por contacto directo: al tocar roedores infectados (vivos o muertos), o al tocar las heces u orina de estos.
Por mordeduras: al ser mordidos por roedores infectados.
Por vía interhumana: entre personas a través del contacto estrecho con una persona infectada durante los primeros días de los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas?
Se parecen a un estado gripal. Pueden incluir: fiebre, dolores musculares, escalofríos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. En general no presentan congestión nasal o resfrío. Luego de algunos días puede aparecer dificultad para respirar que puede agravarse produciendo lo que se conoce como «síndrome cardiopulmonar por hantavirus». Se trata de un cuadro grave en el que la persona no puede respirar y comienza con falla cardíaca y presión muy baja. Si la persona no es tratada a tiempo puede generar complicaciones e incluso la muerte.
¿Cómo es el tratamiento?
No existe un tratamiento específico. Las personas con síndrome cardiopulmonar por hantavirus deben ser asistidas en establecimientos hospitalarios, de preferencia con unidades de terapia intensiva que cuenten con asistencia respiratoria mecánica.
¿Cómo puede prevenirse?
– Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
– Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
– Si realizan actividades de trekking, usar calzado cerrado y circular solo por sendas habilitadas.
– Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
– Realizar la limpieza (pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas) con una parte de lavandina cada nueve de agua (dejar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
– Si vive en zonas rurales, colocar las huertas y almacenar la leña a más de 30 metros de las viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros alrededor del domicilio.
– Ventilar por lo menos 30 minutos antes de entrar a lugares que hayan estado cerrados (viviendas, galpones) y cubrirse la boca y la nariz con un barbijo N95 antes de ingresar.
– Lavarse las manos con agua y jabón al finalizar estas tareas.
– Al acampar, hacerlo lejos de maleza y basurales, no dormir directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
– Si se encuentra un roedor vivo: usar veneno para roedores o tramperas para capturarlo (no intentar tocarlo o golpearlo). Consulte en el municipio si se dispone de un servicio de control de plagas.
– Si se encuentra un roedor muerto: rociarlo con lavandina junto con todo lo que haya podido estar en contacto y esperar un mínimo de 30 minutos. Luego recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de profundidad o quemarlo.