La Conmebol desechó la posibilidad de jugarlo en Chile y designó al estadio Monumental de Lima como la casa de la primera Final Única de Copa Libertadores.
El estadio peruano tiene capacidad para 80.000 espectadores.
River Plate y Flamengo animarán la final de la Copa Libertadores dentro de 18 días en el estadio Monumental de Lima, según definió la Conmebol en la reunión que realizó junto a los protagonistas en Asunción.
La tensa situación que atraviesa Chile desde hace 18 días obligó a evaluar alternativas al Estadio Nacional de Santiago, escenario previsto para la definición y confirmado por el gobierno de ese país pese a todo.
El descontento social no se aplaca sino que se incrementa y la Conmebol se vio obligada a buscar alternativas y Asunción, que albergará en cuatro días la final de la Copa Sudamericana entre Colón e Independiente del Valle, era el plan más firme, pero Lima se impuso, sobre todo, por la capacidad de su estadio, que alberga a 80.000 espectadores.
Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, se reunió en Luque con los titulares de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Flamengo, Rodolfo Landim, y con los de la AFA y la CBF, Claudio Tapia y Rogério Caboclo.
Todos estuvieron de acuerdo en descartar a Santiago de Chile como escenario de la gran final. En la disputa por la nueva casa también terció Medellín, opción impulsada por el colombiano Ramón Jesurún, vicepresidente de la Conmebol.
La posibilidad de jugarla en Miami y Qatar, ciudades dispuestas a desembolsar una cifra de dinero muy importante para tenerla, fue rechazada por la entidad para evitar que se vuelva a disputar fuera del territorio sudamericana.
La última edición se definió en Madrid, donde River alzó la corona por cuarta vez en la historia tras derrotar a Boca, su eterno rival, en la revancha de un partido que debió disputarse en el estadio Monumental de Buenos Aires.
El Santiago Bernabéu fue el escenario elegido tras el ataque al autobús que trasladaba al plantel «xeneize» rumbo al estadio de River, lo que obligó a postergar la final de vuelta y derivó en una situación bochornosa.
España no podía haber sido peor opción para la definición de un torneo bautizado justamente Libertadores de América en tributo a aquellos que lucharon por la independencia del continente del yugo hispano.
