Antes de emprender el regreso a Buenos Aires, el plantel de Lanús celebró en las playas de Río de Janeiro con mate y música, su clasificación a la semifinal de la Copa Sudamericana. Pero en el entretiempo del partido del martes por la noche que igualó 1 a 1 con Fluminense en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, sus hinchas volvieron a ser brutalmente agredidos por la Policía estadual y los efectivos de la seguridad privada que en verdad debían protegerlos.
El escándalo, que extendió el entretiempo por treinta y seis minutos e incluso hizo dudar de la continuidad del partido, se inició en el anillo interno del estadio, donde un careo entre los policías y la seguridad privada derivó en una arremetida contra los parciales granates a los que corrieron a bastonazos y les lanzaron gases lacrimógenos y disparos con balas de gomas.
Con los equipos en la cancha listos para volver a jugar, la refriega dejó el anillo interno y se trasladó a las tribunas, donde la policía volvió a pegar bastonazos y agudizó el escándalo. En ese sitio, además de los hinchas, estaban familiares de los jugadores de Lanús, quienes recién reiniciaron el partido cuando tuvieron garantías de que las agresiones habían cesado y se había restablecido cierto orden. Los episodios de violencia contra los hinchas argentinos en Brasil lamentablemente se han vuelto volvió cada vez más recurrentes sin que las autoridades brasileñas hagan algo para evitarlos.
El mes pasado, los hinchas de Godoy Cruz de Mendoza fueron fuertemente reprimidos en su visita a Atlético Mineiro, en el Arena MRV de Belo Horizonte por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana. Y también lo fueron los hinchas de Racing que en marzo estuvieron en Río de Janeiro en ocasión de la final de la Recopa Sudamericana ante Botafogo. En años anteriores, la pasaron muy mal hinchas de Argentinos Juniors y San Lorenzo y hasta los miles de boquenses que en 2023 concurrieron a la final de la Copa Libertadores frente a Fluminense y los que acompañaron a la Selección Argentina al Maracaná en su partido por las Eliminatorias ante Brasil de 2024.
