Mientras la lucha por el título de pilotos continúa, McLaren se consagró en Singapur bicampeona del campeonato de constructores de Fórmula 1 y, así, repitió dos coronaciones de manera consecutiva, algo que no conseguía desde 1991, el año que cerró cuatro temporadas de dominio absoluto.
En aquellos tiempos, el inicio de la década del ‘90, no existía Drive to survive ni los muchísimos fanáticos de la serie de Netflix que descubrieron el mundo del Gran Circo gracias a ella. Eran, sin embargo, días gloriosos de la Máxima, con protagonistas que quedarían en las páginas doradas del deporte. McLaren hegemonizaba la Fórmula 1 de aquel momento desde fines de 1980, cuando le entregó al mundo del automovilismo la inolvidable rivalidad entre Alain Prost y Ayrton Senna, que hicieron vibrar a los simpatizantes de la escudería con batallas memorables y terminaron adjudicándose cada uno un campeonato: el brasileño conquistó el de 1988 y el francés el del año siguiente, antes de irse rumbo a Ferrari. Si bien hay que remontarse a 1990-1991 para encontrar otra vez dos títulos consecutivos del equipo británico, lo cierto es que las dos temporadas anteriores ofrecen también un paralelismo muy afín con el presente automovilístico de McLaren: aquel aquel duelo histórico entre Prost y Senna por adueñarse del mundial de pilotos -uno de los enfrentamientos más notables de la historia del automovilismo- encuentra una escena parecida en la competencia entre compañeros que por estos días llevan adelante el británico Lando Norris y el australiano Oscar Piastri, los dos jóvenes papayas que el último domingo quedaron separados por tan solo 22 puntos en su lucha por ver quién se consagra campeón este 2025.
Pero volvamos a esa otra vez en la que McLaren conquistó dos títulos consecutivos del campeonato de constructores. Con Prost en Ferrari, Gerhard Berger fue el compañero de Senna en 1990 en la temporada en la cual el brasileño finalizó primero entre los pilotos -con siete unidades más que el francés- y McLaren entre las escuderías. Un año después, el oriundo de San Pablo volvió a coronarse campeón y la misma suerte corrió el equipo británico, que sumó también puntos importantes para defender su título gracias al trabajo de su compañero austríaco. Esa temporada, que vio a Senna ganar el Gran Premio de su tierra natal por primera vez tras ocho años de espera, dejó escenas y sonrisas del brasileño que el tiempo y el fatal destino, tristemente, reconocerían más especiales y valiosas al mirar hacia atrás. Y es que aquel fue el tercer y último título en la Fórmula 1 de Senna, quien dos años después se mudaría a Williams y moriría en el fatídico fin de semana de Imola en 1994.
Intentemos, por un momento, dejar de lado la pena por aquel trágico recuerdo y subamos otra vez al DeLorean para volver al presente que, una vez más, nos encuentra disfrutando del Gran Circo. Han sido varios los factores que McLaren conjugó este 2025 para revalidar su título del año pasado. El más notorio, claro, es haber logrado desarrollar el mejor auto de la grilla: el MCL39 ha mostrado su excelencia en lo que va de esta temporada, con mejoras sobre el modelo del año anterior que definitivamente estuvieron a la altura de la defensa del campeonato de constructores. En la misma línea ha estado el trabajo de sus jóvenes pilotos en la conducción del monoplaza más poderoso de los que conforman la Máxima este año, con el objetivo de destronar ni más ni menos que al bravo tetracampeón Max Verstappen. Otro de los factores importantes -que quizás tambaleó por primera vez el último domingo- tiene que ver con la dinámica entre Piastri, Norris y la conducción del equipo que lideran Zak Brown y Andrea Stella: las famosas “papaya-rules” (“reglas papayas”), que tanto han dado que hablar en algunas carreras y que, a veces incluso en contra del sentido común o de la lógica competitividad de un deporte de elite, han hecho prevalecer -incluso por parte de los propios pilotos- el concepto de equipo y labor colectiva por sobre lo demás. Al menos hasta ahora; habrá que ver si el roce entre Piastri y Norris de la primera vuelta en Singapur, que el australiano parece haber sobredimensionado pero que evidentemente lo enojó, marcó algún tipo de quiebre en relación con estos acuerdos entre los principales protagonistas de la escudería británica.
Todo aquello acompañado por la notable contundencia de la dupla Piastri-Norris dio como resultado una campaña explosiva que le garantizó a McLaren la consagración más tempranera de su historia, consiguiéndolo seis fechas antes del final del calendario. La escudería naranja arrancó la temporada a puro fuego y cosechó 12 victorias en las primeras 15 carreras del año con una eficacia muy favorable: de las nueve veces que McLaren conquistó la pole, en siete se llevó la victoria este 2025. Así, la escudería con base en la ciudad inglesa de Woking sumó 650 puntos para coronarse, exactamente el doble de Mercedes, su escolta en el campeonato.
Con este décimo título de su historia, la escudería fundada por Bruce McLaren logró una aplastante defensa de su conquista de 2024, cuando volvió a consagrarse entre los constructores después de 25 temporadas. Fue, el que alzó en diciembre pasado, un valioso trofeo que simbolizó el inicio de una nueva era dominante del equipo británico, ese que había entregado títulos consecutivos por última vez hace 34 años y, ahora que repitió la hazaña, tiene la ilusión de ir por más.










