El gran favorito se quedó sin nafta en el final. Y el supuesto equipo débil, que había llegado con muchos menos pergaminos y por un camino mucho más sencillo, se terminó llevando el gran premio con una lección de fútbol. Así se definió el Mundial de Clubes, con el Chelsea celebrando el gran título gracias a un inesperado 3-0 sobre el PSG, que pareció hacer el gasto del certamen y se quedó sin trofeo en el último juego.
La final del certamen disputada MetLife Stadium de New Jersey tuvo un nombre y apellido: Cole Palmer. Es que el volante-extremo del Chelsea se robó todos los focos de la definición, con dos goles casi calcados a pura clase, y un pase delicioso para que Joao Pedro, que sentenció el partido cuando todavía no se había terminado el primer tiempo.
El encuentro comenzó parejo, con situaciones para ambos equipos. Incluso parecía que el PSG se llevaría por delante al Chelsea, ya que comenzó a acercarse al arco rival cada vez con más claridad. Sin embargo, el conjunto inglés tenía en claro que su negocio estaba por la derecha, para explotar la espalda del lateral portugués Nuno Mendes. Y allí lo fue a buscar cuando tuvo la chance: de entrada apareció Malo Gusto, que no pudo en primera instancia, pero luego cedió al medio para que Palmer se acomodara desde el borde del área y colocara la pelota junto al segundo palo de Donnarumma.
Y un rato más tarde, el balón cruzado a la derecha fue directo para Palmer, que encaró hacia el medio, se acomodó de nuevo y puso el remate al mismo lugar donde había abierto el marcador. Apenas iba media hora, pero Chelsea ya tenía lo más difícil ya resuelto. PSG intentó reacomodarse, pero el impacto ya estaba logrado. Y entonces, el golpe de nocaut llegó a los 42 minutos del primer tiempo, cuando el Chelsea estampó el 3-0 definitivo a través de Joao Pedro, quien definió picándosela con muchísima categoría a Donnarumma tras un gran pase filtrado de Palmer.
El segundo tiempo fue prácticamente un trámite para el Chelsea, que se dedicó a cuidar el resultado aunque de todas maneras tuvo algunas situaciones para que el resultado sea aún más abultado. Sobre el final del partido, el mediocampista portugués del PSG Joao Neves fue expulsado por tirarle del pelo al español Marc Cucurella.
El Chelsea, que es dirigido por el italiano Enzo Maresca y que en la previa no aparecía como el candidato en esta final, encontró la clave para la victoria gracias a una presión constante que sirvió para anular todas las líneas del PSG, que venía de ganar el triplete en la última temporada y arrasando en todas las competiciones, además de haber eliminado a otros poderosos como el Bayern (2-0), Real Madrid (4-0) y Atlético Madrid (4-0).
Luego fue tiempo de festejo, con Enzo Fernández levantando la Copa como capitán del equipo y con Donald Trump intentado robar protagonismo, mientras los futbolistas miraban como el presidente estadounidense permanecía entre ellos como si fuera uno más.
