En medio de una coyuntura marcada por la incertidumbre cambiaria y la presión inflacionaria, el analista financiero Salvador Di Stéfano —apodado el “gurú del dólar blue”— lanzó una advertencia sobre las consecuencias de la reciente estrategia del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La venta de dólares y la absorción de pesos, según su visión, podrían derivar en una caída de la actividad económica y una suba abrupta de las tasas de interés.
Hasta el momento, el BCRA ha vendido más de 1.100 millones de dólares y absorbido cerca de 1,6 billones de pesos, lo que representa aproximadamente el 7% de la circulación monetaria. Esta maniobra, que busca estabilizar el tipo de cambio dentro de las bandas establecidas, dejó las reservas en 39.259 millones de dólares y un “poder de fuego” de intervención de 20.000 millones.
Di Stéfano advierte que esta política de contracción monetaria podría generar una espiral alcista en las tasas de interés y una baja en la inflación, pero a costa de una fuerte desaceleración económica. En su análisis, estima que si el BCRA continúa con esta dinámica y vende otros 10.000 millones de dólares, el M1 (dinero líquido en circulación) podría caer al 3,8% del PBI, un nivel históricamente bajo.
La contracción de pesos en la economía obligaría a empresas y particulares a vender dólares para obtener liquidez, lo que podría provocar una baja del dólar blue desde el techo de la banda cambiaria. Esta situación, paradójicamente, traería mayor estabilidad cambiaria, aunque con un costo social y productivo elevado.
En paralelo, el gobierno estaría negociando una línea de crédito con el Tesoro de Estados Unidos a través del Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE), con el objetivo de cubrir vencimientos de deuda por más de 16.000 millones de dólares en 2026. Esta asistencia, de concretarse, podría reforzar la credibilidad del plan económico y aliviar la presión sobre las reservas.
El analista sostiene que abandonar el esquema de bandas y dejar flotar el dólar sería un error grave, que podría disparar la inflación, llevar las tasas de interés a tres dígitos y profundizar la recesión. En ese escenario, los sectores más vulnerables serían los más perjudicados, aumentando los niveles de pobreza.
La conclusión de Di Stéfano es clara: el gobierno debe sostener el plan vigente, intervenir con prudencia y evitar medidas que alimenten la especulación. La venta de dólares y la compra de pesos, lejos de ser una amenaza, podrían convertirse en una herramienta de estabilización si se ejecuta con coherencia y respaldo internacional.
Redacción Diario Inclusión