La planta SIAT, inaugurada en 1948 y con entre 300 y 400 trabajadores, produce actualmente los tubos para el proyecto Duplicar Norte. Sin embargo, el futuro quedó en suspenso tras la llegada en noviembre de 5.000 toneladas de caños chinos a Río Negro, lo que disparó la alarma en Techint y abrió un debate sobre la dependencia de insumos importados.
El proceso licitatorio lo lidera el Vehículo de Proyecto Único (VPU) San Matías Pipeline, bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Además de China, participan empresas de India, España, Colombia, México, Japón, Grecia y Turquía. La compra será para el consorcio Southern Energy (SESA), integrado por PAE, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG, y la definición se tomará exclusivamente por precio y competitividad.
Rocca denuncia que Tenaris cotiza entre 10% y 25% más caro que los fabricantes internacionales, pero sostiene que la diferencia responde a la calidad superior del acero argentino. No obstante, en proyectos de márgenes ajustados, esa ventaja técnica no siempre alcanza. Para el empresario, optar por tubos chinos sería una señal política: exportar materias primas sin integrar valor industrial nacional.
El Gobierno, por su parte, respondió con firmeza: “Las licitaciones son transparentes y gana la mejor opción. El precio es clave”. Sin embargo, en sectores industriales se interpreta la advertencia de Rocca como una presión para condicionar el proceso. Fuentes consultadas remarcan que Techint ya perdió licitaciones internacionales por presentar costos hasta 25% más altos que sus competidores.
El negocio del Gas Natural Licuado (GNL) opera con márgenes mínimos. Una diferencia de costos de 10% o 25% en los caños puede implicar sobrecostos de hasta 50 millones de dólares, comprometiendo la viabilidad del proyecto. Con precios de gas en Río Negro de 4,50 dólares por MMBTU y costos de licuefacción y transporte que elevan la ecuación, el acero se convierte en un factor decisivo.
La tensión entre industria nacional y competitividad global quedó expuesta: si gana China, Techint anticipa pérdida de empleo y dependencia de insumos importados; si se obliga a comprar local, el riesgo es que las exportaciones no sean rentables. En ese tablero, Rocca ya movió su pieza más fuerte: la amenaza de cerrar SIAT.
✍️ Redacción Diario Inclusión










