La industria nacional atraviesa un momento delicado. Tras el triunfo electoral del oficialismo y en medio de una recesión prolongada, crecen las señales de ajuste en las fábricas. Empresarios advierten que en las próximas semanas podría aumentar el número de despidos, presionados por la caída de la producción, el avance de las importaciones y la necesidad de reducir costos en un escenario de menor inflación.
El tema cobró relevancia en paralelo a la movilización de la Confederación General del Trabajo (CGT) contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno. Encuestas recientes muestran que el temor a perder el empleo se intensifica: la desocupación pasó de ser la cuarta preocupación con un 12,5% en septiembre a un 14,4% en la última medición de diciembre.
Un informe del INDEC reveló que en noviembre el 16,5% de las empresas industriales planeaba reducir personal en los próximos tres meses, frente a apenas un 3,4% que proyectaba aumentarlo. La producción manufacturera cayó un 6,1% interanual, con un nivel de capacidad ociosa cercano al 40%, según datos de FIEL.
La desaceleración de la inflación y el avance de los productos importados profundizan la presión sobre los costos laborales. En épocas de alta inflación, las empresas podían corregir errores rápidamente, pero hoy esa dinámica ya no funciona, generando mayor incertidumbre en el sector.
El impacto de las importaciones es doble: desplazan la producción nacional y, en el caso de las maquinarias, amenazan con sustituir mano de obra por tecnología. En los primeros diez meses de 2025, las compras externas de bienes de capital crecieron un 38% respecto al mismo período de 2024.
Un caso emblemático fue el cierre de la planta de Whirlpool en Pilar, que dejó sin empleo a 220 trabajadores. La empresa decidió enfocarse en la importación de productos terminados ante la falta de competitividad y la caída del consumo.
Los especialistas advierten que el avance tecnológico, incluida la inteligencia artificial, también puede reducir fuentes de trabajo. Sin embargo, remarcan que la incorporación de maquinaria es necesaria para superar el estancamiento económico. El economista Fernando Navajas (FIEL) recordó que la productividad laboral argentina se mantiene en niveles similares a los de 1981, reflejando un atraso estructural.
✍️Redacción Diario Inclusión










