La decisión fue tomada en asamblea en Campo Grande, donde pequeños y medianos productores alertaron que trabajan a pérdida: el kilo de hoja verde se paga alrededor de $285, mientras que los costos de producción ascienden a $425. Esta diferencia, sumada a pagos diferidos de hasta 120 días, deja a cerca de 12.500 familias al borde de la quiebra.
Los yerbateros sostienen que la eliminación del precio mínimo favorece únicamente a las grandes industrias, mientras que en góndola los valores no bajan. “La quita de funciones al Inym es un jaque mate para las familias productoras de Misiones”, expresó la productora Luisa Fleitas, quien además denunció un proceso creciente de venta de chacras a corporaciones.
La Asociación Misionera de Productores de Yerba Mate convocó a una reunión urgente para el jueves 27 en San Vicente, donde se analizarán medidas más drásticas. El sector advierte que no están dadas las condiciones para levantar la zafriña de diciembre ni para planificar la zafra gruesa en este contexto de retiro del Estado.
El impacto ya se siente en las economías locales: pagos rechazados, deudas acumuladas y comercios paralizados en localidades donde la producción yerbatera es el motor económico. “Nunca se vio tantas chacras en venta. La yerba es nuestra identidad”, remarcan los productores.
La crisis se profundiza tras el mega DNU de diciembre de 2023, que había recortado las facultades del INYM. El nuevo decreto, firmado por Milei junto al jefe de Gabinete Manuel Adorni y el ministro de Economía Luis Caputo, prohíbe al organismo intervenir en cualquier medida que afecte precios.
Con un escenario de quebranto masivo y concentración en manos de grandes molinos, los yerbateros anticipan un verano marcado por la protesta y la incertidumbre. La suspensión de la zafra de verano se convierte así en un símbolo de resistencia frente a la desregulación y en defensa de la identidad productiva de Misiones.
✍️ Redacción Diario Inclusión










