La industria argentina atraviesa una nueva etapa de tensión. Según el Índice del Costo Argentino de la Producción elaborado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el costo de producir en el país se incrementó un 25% en dólares desde diciembre de 2023, lo que profundiza la pérdida de competitividad en un contexto de apertura comercial y presión tarifaria.
El estudio, realizado por el economista Fausto Spotorno, exasesor presidencial, advierte que esta suba no responde a factores externos sino a distorsiones locales, como la apreciación real del tipo de cambio, el encarecimiento de la energía y la recomposición salarial. Mientras el índice de precios al productor en EE.UU. creció apenas un 4%, Argentina muestra una divergencia preocupante.
Empresarios del sector metalúrgico, textil y pyme coinciden en que los aumentos no pueden trasladarse al consumidor por la caída de la demanda interna y la competencia de productos importados. “El juego de los precios se está jugando en otro lado”, señaló Elio Del Re, presidente de ADIMRA, al destacar el crecimiento mensual de las importaciones.
En el sector energético, el impacto es aún más severo. Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes Argentinos, denunció que las facturas eléctricas se triplicaron en el último mes para grandes usuarios, lo que agrava la situación de empresas que ya operan con márgenes reducidos y escaso acceso al crédito.
El informe también compara los niveles actuales de producción con los de abril de 2017, último período de estabilidad macroeconómica. El resultado es alarmante: 14 de los 16 rubros industriales analizados presentan caídas, lo que revela un deterioro estructural más allá de la coyuntura.
Spotorno concluye que la estabilización no será suficiente sin una agenda de reformas profundas. Propone avanzar hacia una competitividad estructural, con políticas que reduzcan los costos operativos, mejoren la productividad y promuevan inversiones en infraestructura, energía e innovación.
Redacción Diario Inclusión









