El sector agropecuario estalló contra el Gobierno de Javier Milei y el ministro Luis “Toto” Caputo, tras la implementación de un esquema de retenciones cero que, según denuncian, favoreció exclusivamente a las grandes cerealeras. En apenas 72 horas, once empresas liquidaron USD 7.000 millones, dejando fuera a los productores que no lograron acceder al beneficio.
La medida, presentada como un guiño al campo, terminó generando un fuerte malestar entre las entidades rurales. Desde la Federación Agraria Argentina (FAA) señalaron que “el grano ya estaba en manos de los exportadores” y que “el campo la vio pasar”, aludiendo a un acuerdo cerrado entre el Gobierno y las cerealeras antes de anunciar el decreto.
Entre las firmas beneficiadas figuran gigantes como Bunge, LDC, Cofco y Cargill, que habrían presentado declaraciones juradas anticipadas para aprovechar el cupo sin retenciones. “Fue un negocio armado en una mesa con diez personas”, denunció una fuente de la Mesa de Enlace, estimando ganancias por USD 2.000 millones en apenas tres días.
La Sociedad Rural Argentina, históricamente cercana al oficialismo, también expresó su descontento. Desde la seccional Rosario emitieron un comunicado en el que acusaron al Gobierno de generar “desequilibrios, exclusión y malestar en quienes sostienen la producción”. La bronca se extiende incluso a sectores que hasta ahora mantenían silencio por afinidad política.
Productores denuncian que las cerealeras liquidaron granos comprados previamente, descontando las retenciones a los agricultores, o incluso declararon ventas futuras sin poseer aún la mercadería. Esto habría permitido maximizar beneficios empresariales a costa del eslabón primario de la cadena.
El Gobierno estima que el campo liquidará unos USD 6.000 millones, pero perderá USD 1.500 millones en recaudación. Un gobernador reconoció que la medida fue “desesperada” y que “toda baja circunstancial atenta contra una baja permanente de las retenciones”, en referencia a la falta de planificación y equidad.
En redes sociales, muchos compararon la maniobra con los planes “dólar soja” de Sergio Massa, señalando que al menos en ese caso el beneficio llegó a los productores. “Ni Massa se animó a tanto”, ironizó el diputado Lucho Bugallo, mientras crece la presión para revisar el esquema y garantizar una distribución más justa.
Redacción Diario Inclusión