En un giro que blanquea lo que el mercado ya sospechaba, el Gobierno argentino anunció que el Tesoro comenzará a intervenir directamente en el Mercado Libre de Cambios (MLC). La medida fue comunicada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien aseguró que el objetivo es “contribuir a la liquidez y al normal funcionamiento” del sistema cambiario.
La decisión llega en un contexto de creciente tensión financiera, con el dólar blue y los financieros marcando nuevos récords y los bonos soberanos en caída. Si bien el Banco Central ya venía operando en nombre del Tesoro, esta es la primera vez que se reconoce oficialmente la estrategia de venta de divisas para contener la brecha cambiaria.
Según estimaciones privadas, el Tesoro habría vendido cerca de USD 100 millones en la jornada del anuncio, aunque la operatoria se realizó a través del BCRA. Esta modalidad, conocida como “a cuenta y orden del Tesoro”, permite al Gobierno intervenir sin comprometer directamente las reservas del Central.
El poder de fuego del Tesoro se estima en unos USD 1.700 millones, depositados en cuentas del BCRA. Sin embargo, expertos advierten que este monto podría ampliarse si el Tesoro decide comprarle dólares al Central utilizando sus depósitos en pesos, lo que abriría una vía indirecta de intervención.
La medida se da en la antesala de elecciones clave en la provincia de Buenos Aires, lo que refuerza la lectura política de la jugada. Para el mercado, la intervención busca evitar una corrida cambiaria que complique aún más el escenario electoral del oficialismo.
A pesar del anuncio, persisten dudas sobre la sostenibilidad de esta estrategia. Las reservas líquidas del BCRA rondan los USD 20.639 millones, pero gran parte está comprometida en yuanes y oro, lo que limita la capacidad de acción. Además, el acuerdo con el FMI establece límites a la intervención directa, lo que podría generar fricciones futuras.
En definitiva, el Gobierno apuesta a ganar tiempo en un contexto de alta incertidumbre. La intervención del Tesoro busca calmar las aguas, pero deja abierta la pregunta sobre qué pasará cuando se agoten los dólares disponibles.
Redacción Diario Inclusión