En una jornada marcada por la tensión financiera, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió vender USD 53 millones en el mercado oficial, rompiendo una racha de cinco meses sin intervención directa. La operación se produjo luego de que el dólar mayorista alcanzara el techo de la banda de flotación, cerrando en $1.474,50.
La decisión fue interpretada por algunos economistas como una maniobra para sostener la credibilidad del esquema cambiario, mientras que otros la ven como una señal de debilidad estructural. El contexto político, atravesado por la derrota electoral de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, agrega presión sobre el Gobierno de Javier Milei.
Desde el entorno oficial, se argumenta que la intervención busca evitar un desanclaje del tipo de cambio y estimular la oferta privada. Sin embargo, analistas como Guido Zack advierten que el Gobierno perdió la oportunidad de acumular reservas cuando el dólar estaba en la banda inferior, lo que hoy limita su margen de maniobra.
La economista Natalia Motyl fue más contundente: “El BCRA no tiene poder de fuego para enfrentar una corrida contra el peso. Las reservas netas están en rojo y el esquema de bandas perdió credibilidad”. Según sus estimaciones, el drenaje de divisas podría intensificarse en las semanas previas a las elecciones de octubre.
El director del BCRA, Federico Furiase, intentó calmar las aguas asegurando que la entidad cuenta con USD 22.000 millones para defender el techo de la banda. “Que algunos no lo crean no depende de nosotros. Lo comprobarán si lo testean”, escribió en redes sociales.
No obstante, el ritmo de ventas preocupa. Camilo Tiscornia, de la consultora C&T, advirtió que si el dólar se mantiene en el límite superior, el Central podría verse obligado a vender reservas diariamente, lo que afectaría la actividad económica por la absorción de pesos y la suba de tasas de interés.
El Tesoro también intervino en el mercado en semanas anteriores, con ventas por USD 500 millones, sumadas a pagos de deuda por USD 400 millones. Esto dejó sus depósitos en moneda dura en apenas USD 640 millones, trasladando la responsabilidad al BCRA.
Las reservas líquidas del Central rondan los USD 25.000 millones, de los cuales USD 14.000 provienen del FMI. Aunque el poder de fuego parece suficiente en el corto plazo, los vencimientos de deuda y la falta de oferta privada generan incertidumbre sobre la sostenibilidad del esquema post-electoral.
En este escenario, el mercado se mueve con cautela. La intervención del BCRA logró frenar momentáneamente la escalada del dólar, pero dejó al descubierto las tensiones de fondo: fragilidad de reservas, desconfianza política y una economía que aún no encuentra su ancla.
Redacción Diario Inclusión