El Presupuesto 2026 enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso confirma que la presión tributaria efectiva de Argentina crecerá 1 punto porcentual del PBI entre 2025 y 2026. Lejos de reflejar una baja impositiva, esta tendencia contradice abiertamente las promesas de campaña del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo.
Durante su candidatura, Milei reiteró que aliviaría la carga fiscal para liberar las fuerzas productivas del país. Sin embargo, el propio documento oficial proyecta que la recaudación nacional y de contribuciones a la seguridad social se incrementará un 22,3% interanual, marcando un sendero de mayor presión sobre el sector privado, impulsado por el crecimiento económico y mejoras en la administración tributaria.
La contradicción entre el discurso y los números oficiales deja en evidencia una estrategia discursiva que simula desregulación y alivio, pero en los hechos sostiene —y aumenta— la carga fiscal. Una dialéctica que, según especialistas, busca legitimar el ajuste mientras se preserva la recaudación como columna vertebral del funcionamiento estatal.
En 2024, la presión tributaria fue del 22,37% del PBI. Para 2025 se estima 22,97%, y en 2026 alcanzaría el 23,48%. Es decir, mientras Milei afirma estar “achicando el Estado”, los números muestran que este se sigue financiando con una participación creciente en el producto.
Entre los impuestos que más crecerán están el IVA (+18,7%), Ganancias (+23,2%) y Derechos de Exportación (+66,7%). A su vez, tributos como Bienes Personales caerán un 13%, pero con peso menor en el total de ingresos. Los ingresos por combustibles, débitos bancarios y seguridad social también mostrarán aumentos relevantes.
Luis Caputo sostiene que “con menor carga legal se recaudará más”, en referencia a una recaudación más eficiente. Sin embargo, esa eficiencia se traduce en mayor participación estatal en la renta nacional, contradiciendo el núcleo del relato liberal: un Estado mínimo financiado por libre competencia.
La evolución tributaria proyectada para los próximos años plantea interrogantes sobre el verdadero alcance de las políticas libertarias. Mientras el discurso oficial insiste en la eliminación de privilegios y reducción de impuestos, los números demuestran que la presión sobre los sectores productivos se intensifica.
Redacción Diario Inclusión










