La actividad económica bonaerense sufrió su sexta caída semanal consecutiva y acumuló una contracción del 1,4% en agosto, según el índice PulsoPBA del Banco Provincia. Este dato se suma a la baja registrada en julio, consolidando una tendencia negativa que golpea al consumo, la producción y la inversión.
El Gobierno intensificó el torniquete monetario al elevar los encajes bancarios, lo que redujo aún más la liquidez del sistema. Consultoras como Empiria advierten que las tasas reales altísimas duplicaron el costo de financiamiento para empresas, generando un clima de parálisis en el sector privado.
Luis Caputo reconoció que podría haber “algún impacto en el nivel de actividad en el corto plazo”, aunque confía en que las elecciones traerán alivio. Sin embargo, analistas como Equilibra prevén una caída desestacionalizada en lo que resta del año, con escasas chances de recuperación antes de noviembre.
El consumo también muestra signos de deterioro. En Córdoba, las ventas cayeron un 3% y la rentabilidad un 9% respecto a julio. El ticket promedio descendió de $122.300 a $103.400, reflejando el ajuste en los bolsillos y la pérdida de poder adquisitivo.
La recaudación tributaria vinculada al consumo interno desaceleró su crecimiento. El IVA DGI apenas subió un 1% real anual, mientras que Créditos y Débitos crecieron un 2%, muy por debajo del 6% registrado en meses anteriores. El único dato positivo fue el impuesto a los combustibles, aunque explicado por ajustes impositivos y no por mayor demanda.
Sectores clave como la construcción y el automotor también retroceden. El consumo de cemento cayó 0,6% mensual, los patentamientos de autos bajaron 3,1% y los de motos 1%. Los aportes a la seguridad social también descendieron, lo que refleja una menor actividad laboral formal.
Para alcanzar el 5,5% de crecimiento proyectado para 2025, la economía debería crecer 0,9% mensual en el segundo semestre, algo que Empiria considera “poco probable”. Un eventual rebote poselectoral podría acercar la expansión al 4%, aunque sería solo por arrastre estadístico, sin mejoras reales en producción o empleo.
Redacción Diario Inclusión