En una exposición reciente, el reconocido economista Ricardo Arriazu lanzó una advertencia que sacudió al mercado: si las elecciones no favorecen al oficialismo, se acabará el respaldo financiero de Estados Unidos, lo que podría provocar un salto abrupto en el dólar. La declaración se dio en el marco de un análisis sobre los escenarios económicos post-electorales.
Arriazu, una de las voces más influyentes en el entorno del presidente Javier Milei, explicó que la estabilidad cambiaria actual depende en gran medida del apoyo externo, especialmente del Tesoro estadounidense. Sin ese respaldo, el mercado podría entrar en una dinámica de desconfianza que dispararía la demanda de dólares.
“El dólar no tiene precio si se pierde el apoyo internacional”, afirmó el economista, en referencia a la fragilidad del sistema financiero argentino. Según su visión, la confianza es el principal activo que sostiene el esquema actual, y cualquier quiebre político podría tener consecuencias inmediatas en el tipo de cambio.
Además, Arriazu destacó que la intervención del Gobierno en el mercado cambiario ha sido efectiva hasta ahora, pero que su continuidad está atada a los resultados electorales. “Si el oficialismo gana, hay plata para parar la corrida. Si pierde, no hay red de contención”, resumió.
El economista también hizo hincapié en la necesidad de profundizar las reformas estructurales y consolidar un plan económico creíble. Sin esas señales, el riesgo país podría escalar y las reservas quedarían expuestas a una nueva fuga de capitales.
En este contexto, el mercado sigue de cerca cada movimiento político, y los inversores ajustan sus carteras en función de las encuestas y proyecciones. La advertencia de Arriazu refuerza la idea de que las elecciones no solo definirán el rumbo político, sino también el futuro financiero del país.
La pulseada entre estabilidad y volatilidad se juega en las urnas, y el dólar vuelve a ser el protagonista de una historia que combina economía, política y confianza.
Redacción Diario Inclusión