La crisis que atraviesan las pequeñas y medianas empresas argentinas se profundiza día a día. Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), denunció que en el último año se perdieron 6.350 empresas y más de 272.000 puestos de trabajo registrados, en un contexto de recesión, caída del consumo y falta de políticas industriales.
Rosato atribuyó esta situación al cierre de la Secretaría PyME, la apertura indiscriminada de importaciones y la presión impositiva que supera el 100%. “Las pymes no pueden competir y muchas se están convirtiendo en importadoras”, advirtió, señalando que el modelo económico vigente favorece la especulación financiera por sobre la producción nacional.
El dirigente industrial alertó que, de continuar esta tendencia, Argentina podría perder hasta 25.000 empresas y 300.000 empleos formales en 2025. “Estamos frente a un industricidio silencioso”, expresó, reclamando la urgente conformación de una mesa de diálogo con el Gobierno para revertir el colapso del sector.
Además, Rosato remarcó que el 70% de las pymes se encuentra en situación de estancamiento, con niveles de capacidad instalada por debajo del 60%. La falta de crédito, el encarecimiento de los insumos y la caída del mercado interno configuran un escenario de asfixia para miles de emprendimientos productivos.
Desde IPA se propuso una Ley PyME que promueva la industrialización, el empleo y la competitividad, pero hasta el momento no ha sido atendida por las autoridades. “Sin medidas urgentes, el país enfrentará una crisis social de gran magnitud”, concluyó Rosato.
La voz de los industriales pymes se suma a una creciente preocupación en todo el arco productivo. Mientras el Gobierno insiste en su plan de estabilización, los datos revelan una sangría empresarial que amenaza con desarticular el entramado económico nacional.
Redacción Diario Inclusión










