En una entrevista reciente, el economista Facundo Camacho analizó los desafíos estructurales que enfrenta la Argentina y advirtió que el modelo actual de desarrollo se sostiene en una fuerte concentración económica, tanto a nivel sectorial como territorial.
Camacho recordó que las decisiones de política económica no pueden entenderse sin el peso de los organismos internacionales y de potencias como Estados Unidos, lo que condiciona medidas clave, entre ellas las retenciones al agro. “La Argentina está muy influenciada por las demandas externas y por la presión de los mercados financieros”, sostuvo.
Uno de los puntos centrales de su análisis fue la desigualdad regional. Según detalló, la región pampeana concentra alrededor del 75% de las exportaciones, mientras que el Noreste Argentino (NEA) apenas representa un 2%. Este desequilibrio, señaló, explica en gran parte la persistencia de la pobreza estructural en provincias del norte, que históricamente tuvieron un rol productivo clave en el Virreinato pero quedaron relegadas con el tiempo frente a la centralidad de Buenos Aires.
Camacho destacó además el potencial del corredor bioceánico que vincula al país con el Pacífico a través de Chile, una vía estratégica para abrir mercados y generar nuevas oportunidades de desarrollo en el norte argentino. “Existen sectores desaprovechados como la pesca, la minería, la energía y la economía del conocimiento que podrían transformar la matriz productiva si se integran a un proyecto nacional”, afirmó.
El economista también cuestionó la concentración de riqueza en manos de grandes cerealeras internacionales. A modo de ejemplo, señaló que firmas como Bunge, Cargill, Viterra y Dreyfus lograron ganancias por 1.450 millones de dólares en apenas tres días de operaciones, mientras que vastos sectores de la población no acceden a lo básico.
En cuanto a la política económica actual, Camacho consideró que se prioriza la estabilización financiera antes que el desarrollo productivo. “El gobierno ha recurrido al endeudamiento y a la colocación de bonos para engrosar las reservas y bajar el riesgo país, pero esa estrategia no se traduce en bienestar para la gente”, explicó.
Finalmente, planteó la paradoja argentina: un país capaz de producir alimentos para más de 350 millones de personas, pero que no logra garantizar el acceso a la comida a todos sus habitantes. “El desafío es romper con la lógica de concentración y pensar un proyecto de desarrollo que incluya a las regiones postergadas y a los sectores productivos que hoy están marginados”, concluyó.
Redacción: Diario Inclusión.