En medio de una compleja coyuntura económica y política, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, viajó a Washington para encabezar una serie de reuniones con funcionarios estadounidenses y representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de concretar un rescate financiero que alivie las presiones sobre el peso argentino y refuerce la credibilidad del programa económico del presidente Javier Milei.
El punto central de la agenda fue el encuentro con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, considerado uno de los aliados más cercanos del expresidente Donald Trump y pieza clave en el vínculo político-financiero entre Buenos Aires y Washington. Según trascendió, la reunión fue “constructiva” y permitió avanzar en “conversaciones productivas sobre las opciones de apoyo a las sólidas políticas de Argentina”, de acuerdo con un comunicado oficial del Tesoro norteamericano.
Si bien todavía no hay un anuncio concreto, fuentes cercanas al Ministerio de Economía indicaron que el paquete podría incluir una línea de intercambio (swap) de hasta 20.000 millones de dólares, compras de bonos argentinos denominados en dólares y un eventual crédito a través del Fondo de Estabilización Cambiaria (Exchange Stabilization Fund). No obstante, Bessent fue claro al afirmar que “Estados Unidos no está poniendo dinero directamente en Argentina”, lo que sugiere que el respaldo se canalizaría mediante instrumentos financieros indirectos o multilaterales.
Durante su estadía en la capital estadounidense, Caputo también se reunió con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien calificó el diálogo como “muy positivo”. El organismo podría desempeñar un rol clave en la administración de los recursos a través de los Derechos Especiales de Giro (DEG) de EE.UU., lo que reforzaría la coordinación entre ambas instituciones para sostener la estrategia económica argentina.
El contexto internacional, sin embargo, no es del todo favorable. El gobierno estadounidense enfrenta un “shutdown” parcial, que podría ralentizar la aprobación de nuevas líneas de financiamiento, y existen resistencias dentro del Congreso norteamericano a destinar fondos públicos a un país con dificultades fiscales crónicas. A nivel local, la presión cambiaria se mantiene, los bonos soberanos fluctúan y los analistas advierten que cualquier demora podría agudizar la inestabilidad previa a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Desde el entorno presidencial consideran que este viaje no sólo busca garantizar estabilidad financiera, sino también reafirmar la alianza estratégica con Washington y con la administración republicana, en detrimento de los vínculos económicos con China. Fuentes diplomáticas aseguraron que la orientación del nuevo acuerdo implicaría una revisión de los compromisos bilaterales con Beijing, en línea con la política exterior “occidentalista” de Milei.
Mientras tanto, los mercados reaccionaron con cierto optimismo ante la posibilidad de un anuncio inminente. Los títulos de deuda argentinos mostraron leves repuntes y el tipo de cambio paralelo moderó su escalada. Sin embargo, la expectativa sigue centrada en los próximos días, cuando se espera que Caputo y Bessent definan los detalles del rescate financiero que podría marcar un nuevo capítulo en la relación entre Argentina y Estados Unidos.
Redacción: Diario Inclusión.