El presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), Marcelo Fernández, expresó su preocupación por el impacto que la facilitación de importaciones, especialmente de productos chinos, está teniendo sobre las pequeñas y medianas industrias argentinas.
En diálogo con Maxi Montenegro, el dirigente reclamó que el Gobierno implemente un monitoreo efectivo de las compras externas, y advirtió que “la producción nacional no puede competir en igualdad de condiciones con los precios del exterior”.
Industria en caída y consumo debilitado
Durante la entrevista, Fernández afirmó que la economía real “sigue en caída libre”, con un mercado interno que no muestra signos de recuperación.
“Nos hablan de reforma tributaria y laboral, que para los empresarios suena bien, pero deberían venir acompañadas de una reactivación del mercado interno y un control de importaciones. Nadie pide cerrar nada, pero sí monitorear lo que entra”, enfatizó.
El dirigente indicó además que más de 400.000 operaciones de compras al exterior se registraron recientemente a través de plataformas digitales, lo que “perjudica directamente al comercio y a la industria nacional”.
Competencia desigual y riesgo de cierres
Fernández explicó que los productos importados llegan al país con costos laborales, energéticos y logísticos muy inferiores, lo que vuelve casi imposible competir desde las pymes argentinas.
“Antes existían medidas de protección razonables, como licencias no automáticas o valores criterio, que daban cierto equilibrio. Hoy, con esta apertura total, la competencia es desleal”, señaló.
También reconoció que algunos empresarios “no supieron aprovechar los momentos de mayor protección” y que hubo excesos de precios, pero advirtió que el escenario actual “es crítico”:
“Los costos se dispararon, el consumo está paralizado y ese poco consumo se reparte entre productos importados y nacionales.”
Suspensiones, endeudamiento y falta de crédito
El titular de CGERA alertó que en muchos sectores ya se están aplicando suspensiones y adelantamientos de vacaciones para evitar despidos masivos.
“La pyme no despide porque sí; lo hace cuando no tiene alternativa. Hoy muchos empresarios están endeudados, recurriendo a planes de pago o a tasas altísimas para sostener sus empresas”, sostuvo.
Asimismo, comparó la situación con la de Brasil, donde el gobierno anunció 6.000 millones de dólares en créditos industriales, mientras que en Argentina “no se ve ninguna política de apoyo productivo”.
“Si no hay reactivación, no hay impuestos que pagar al Estado. Sería bueno que los impuestos vuelvan a la industria en forma de crédito o incentivo”, agregó.
Un llamado a proteger la producción nacional
Fernández fue categórico al advertir sobre el futuro inmediato del sector:
“Si seguimos priorizando las importaciones por sobre la producción nacional, la crisis industrial se va a profundizar. Es momento de cuidar lo nuestro.”
El dirigente aseguró que la CGERA seguirá insistiendo en la necesidad de políticas industriales activas que incentiven la producción, el empleo y el consumo interno.
“Los países que crecen son los que defienden su industria. No pedimos cerrar el comercio, pedimos reglas claras y condiciones justas para poder competir”, concluyó.
Redacción: Diario Inclusión.
			









