En un movimiento sin precedentes, Estados Unidos intervino de manera directa en la economía argentina a través de un swap financiero por unos 2.700 millones de dólares, que habría permitido estabilizar el mercado cambiario en la antesala de las elecciones. El análisis de Maxi Montenegro revela que el Tesoro norteamericano no solo inyectó divisas para contener el dólar, sino que además obtuvo beneficios financieros, transformando lo que muchos calificaron como un rescate en una estrategia geopolítica rentable.
Un apoyo “a fondo” que cambió el tablero
Según declaraciones del funcionario estadounidense Bessent, citadas por Montenegro, el Tesoro de EE.UU. “usó su plan financiero para estabilizar al gobierno argentino” y al mismo tiempo generó ganancias. “Ganamos dinero, no fue un bailout (rescate)”, dijo, marcando distancia de la idea de asistencia sin retorno.
La maniobra implicó una inyección de cerca de 2.000 millones de dólares en el mercado cambiario antes de los comicios, a través de la compra de pesos y la colocación en letras del Banco Central, que devengaban una tasa mensual cercana al 4%.
La apreciación del peso y el diferencial de tasas habrían permitido a EE.UU. obtener entre un 8% y un 10% de rentabilidad en apenas un mes, según estimaciones del informe. Posteriormente, el Tesoro estadounidense se re-dolarizó activando un tramo del swap, que convirtió su tenencia en una deuda en dólares del Banco Central argentino con el Tesoro norteamericano.
Un vínculo financiero sin precedentes
De acuerdo con el análisis, esta operación —equivalente a un swap bilateral por unos 3.000 millones de dólares— marca un punto de inflexión. A diferencia del swap con China, este acuerdo no fue con la Reserva Federal, sino directamente con el Tesoro de Estados Unidos, en el marco de la administración Trump.
Además, parte de esos fondos habría sido utilizada para cancelar compromisos con el FMI, mediante el uso de Derechos Especiales de Giro (DEG).
La intervención permitió al Gobierno argentino mantener estable el tipo de cambio dentro del esquema de bandas, evitar un salto brusco del dólar y sostener el clima financiero durante el proceso electoral. Según Montenegro, el esquema actual cuenta con respaldo político y operativo de Washington, lo que brinda un blindaje inédito.
El mensaje al mercado: “Andá a dormir tranquilo, que con el dólar no pasa nada”
En paralelo, el ministro Luis Caputo reafirmó la continuidad del sistema de bandas cambiarias, asegurando que el dólar se mantendrá dentro de los límites previstos. “El techo de la banda es el techo. Andá a dormir tranquilo que con el dólar no pasa nada”, dijo el funcionario, en una señal de previsibilidad al mercado.
El objetivo oficial es reducir la volatilidad y comprimir el riesgo país, que bajó de 600 puntos y busca acercarse a los 500, condición clave para refinanciar vencimientos de deuda en enero.
Lo que viene
Con EE.UU. comprometido en sostener la estabilidad argentina y el swap activo como red de contención, el desafío del Gobierno será lograr refinanciar los vencimientos de 2025 sin depender nuevamente de auxilios externos.
El análisis de Montenegro concluye que la relación actual con Washington es total e integral, y que el alineamiento político y financiero “permite a la administración económica operar más allá de las presiones del mercado”.
Redacción: Diario Inclusión.










