El gremio que nuclea a los trabajadores del sector lácteo, Atilra, no está dispuesto a dar el brazo a torcer y continúa reclamando el aporte de $16.000 por cada empleado para financiar la obra social sindical.
Las pymes por un solo día de cese de actividades sufren una merma en sus ingresos de más de $6 millones. En tanto, las grandes empresas acumulan rojo en sus balances y sufren la suba de costos.
Mientras tanto, en comunicado emitido ayer por Atilra no ahorran en calificativos al señalar: “Lamentablemente, desde algunos sectores reaccionarios todavía no se dimensiona correctamente la importancia de la salud en el trabajo, ni se comprende, considera y aprecia el modelo argentino de obra social”, haciendo clara referencia a la negativa de las empresas de concretar el aporte extraordinario que solicitan.
Lo cierto es que, según fuentes de la industria consultadas por Ámbito, las empresas, y a modo de mediación con lo que solicitaba el gremio, ofrecieron concretar un aporte extraordinario a la obra social pero no en los términos que solicita Atilra y esto tampoco fue aceptado por la entidad gremial.
Ahora lo que sigue, según se desprende del comunicado enviado ayer por Atilra es que probablemente se anuncien nuevas medidas de fuerza en las próximas horas. Por su parte, las empresas continúan remarcando que hoy la industria no está en condiciones de solventar un aporte de más de $400 millones al gremio y mucho menos el cese de actividades en sus plantas industriales.
El último balance de Mastellone (La Serenísima) fue más que contundente para graficar la situación en la que hoy se encuentran las empresas del sector, la mayor empresa láctea de la Argentina perdió más de $1.100 millones sólo durante el primer mes del año. En tanto, sus costos de producción y comercialización se incrementaron un 28% mientras que los precios en las góndolas apenas subieron 3% entre noviembre del año pasado y julio de este 2020.
Quizás las únicas empresas que hoy logran salir ilesas de esta crisis de rentabilidad son aquellas que exportan, aunque en la práctica pocas son las que actualmente tienen esta posibilidad. Luego tanto grande como chicas vuelcan íntegramente su producción al mercado interno.
Tal es el caso de Danone que, para este año, internamente, ya se prevé que la casa matriz de Francia tendrá que concretar un nuevo aporte de capital para sostener su operatoria local, el año pasado había aportado unos 100 millones de euros luego de dos años consecutivos con balances en rojo.
Aún más complejo es el panorama para las pymes porque con menor espalda financiera, solventar el déficit se vuelve una tarea imposible. “Para muchas empresas, en un contexto tan complejo desde lo financiero, la presión que está ejecutando el gremio se vuelve la estocada final”, detallan desde el sector pyme.