En un reciente video, el economista Maxi Montenegro sostiene que el actual esquema cambiario argentino está “muerto” y ya no cumple sus funciones básicas. Asegura que, sin una abundante masa de dólares y señales claras de equilibrio macroeconómico, cualquier intento de estabilización será poco más que una ilusión.
La afirmación coincide con varios informes recientes que muestran que Argentina enfrenta serios desafíos en sus cuentas externas, reservas internacionales y desempeño cambiario. A continuación, los puntos más relevantes.
🧐 Situación externa: qué dicen los datos
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Déficit de cuenta corriente
Según estadísticas oficiales del Indec y del Banco Central, en el primer trimestre de 2025 Argentina registró un déficit de cuenta corriente de USD 5.191 millones.
Los analistas estiman que este déficit podría cerrar el año en alrededor del 2 % del PBI (unos USD 13.500 millones).
Para 2026, se proyecta que el rojo externo se mantenga elevado, debido al crecimiento de importaciones, pagos de servicios, intereses y al debilitamiento de ciertos ingresos. -
Reservas internacionales
El Banco Central acumuló en el primer semestre de 2025 aproximadamente USD 39.973 millones en reservas internacionales brutas, gracias al aporte de exportaciones (sobre todo agroindustria, minería y energía) y al financiamiento externo (FMI, préstamos).
Pese al crecimiento, las reservas netas siguen siendo consideradas por muchos expertos como “críticamente bajas”, lo que limita la capacidad del país para enfrentar imprevistos y sostener intervenciones para moderar la volatilidad cambiaria. -
Presión sobre el tipo de cambio y riesgo de desequilibrios
Con un déficit externo creciente, mayor ingreso de importaciones y salidas por servicios, turismo e intereses, aumenta la presión sobre la moneda local.
El riesgo país se mantiene alto, lo que encarece el financiamiento externo y hace más difícil capitalizar inversiones o emisones de deuda en condiciones favorables.
🔍 ¿Por qué Montenegro dice que el esquema cambiario está “muerto”?
En su video, Montenegro advierte que:
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El mecanismo actual ya no tiene respaldo suficiente: sin reservas sólidas, un esquema de tipo de cambio flotante o bandas no puede controlarse ni estabilizarse ante choques externos.
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Que los controles o regulaciones, si bien pueden ayudar en el corto plazo, no resuelven la raíz del problema, que es la falta de dólares genuinos para sostener importaciones, pagos externos y generar confianza.
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Que las expectativas (“¿qué va a pasar mañana con el peso? ¿Cómo se mueve el dólar?”) ya están muy deterioradas, lo cual amplía la inestabilidad, porque la gente actúa anticipando depreciaciones, inflación, etc.
🛠 Posibles salidas: qué urge hacer
De los datos y los análisis se desprenden algunas líneas que parecen recurrentes entre economistas y fuentes oficiales:
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Aumentar las reservas
Ya se está haciendo mediante exportaciones fuertes (agro, minería, energía) y acuerdos con organismos internacionales. Pero es clave mantener ese flujo para amortiguar perturbaciones. -
Reducir el déficit externo
Controlar el crecimiento de las importaciones en bienes de consumo no esenciales, restringir salidas de divisas por pagos de servicios o financiar esos servicios con recursos locales, promover sustitución de importaciones donde sea viable. -
Aumentar la inversión extranjera directa y el financiamiento externo con condiciones favorables
Para compensar salidas de dólares, cubrir vencimientos de deuda, e inyectar divisas frescas en la economía. -
Dar señales institucionales y macroeconómicas de credibilidad
Control del gasto público, cumplimiento de acuerdos con el FMI, política monetaria consistente, transparencia en las intervenciones cambiarias.
🔮 Panorama y riesgos
Aunque hay algunas señales positivas como la acumulación de reservas brutas y la apertura hacia financiamiento externo, los riesgos no son menores:
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Una devaluación brusca si los mercados pierden confianza.
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Inflación que se dispara ante dolarización de expectativas.
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Recesión si se ajusta demasiado rápido el gasto público o se restringe muchísimo la importación.
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Tensiones sociales si los costos del ajuste se trasladan en forma de pérdidas de empleo, subas de precios.
✅ Conclusión
La afirmación de Maxi Montenegro de que el “esquema cambiario está muerto” puede ser extrema, pero no parece alejada de la realidad que muestran los datos. Argentina enfrenta un dilema complejo: sin dólares suficientes, sin reservas netas robustas, con un déficit externo creciente, cualquier esquema cambiario (flotante, bandas, controles) tendrá limitaciones severas.
El futuro dependerá en buena medida de la capacidad del gobierno de alinear políticas fiscales, monetarias y comerciales de forma creíble, y de que las señales al mercado sean consistentes para reconstruir confianza. Si esto no ocurre, las turbulencias cambiarias podrían intensificarse.
Redacción: Diario Inclusión.










