En una nueva emisión del ciclo económico conducido por Claudio Zlotnik y Matías Battista, los analistas coincidieron en que la clase media argentina atraviesa su momento más crítico. “Si llenar un changuito cuesta 800 mil pesos, la clase media empieza a desaparecer. Ya tenés clase alta y clase baja”, señaló Zlotnik, al describir el efecto combinado de la inflación persistente y el estancamiento de los salarios.
El panorama actual, explicaron, ya no se trata solo de un “problema” sino de un “problemón”: mientras la inflación mensual ronda el 2%, los sueldos crecen apenas al 1%, lo que implica una pérdida constante del poder de compra. “Es la calidad de vida de todos lo que está en juego”, advirtieron.
Según el análisis, la estrategia oficial de mantener un dólar estable para contener la inflación terminó generando un atraso cambiario y mayor incertidumbre. A eso se sumó la suba de tasas de interés, que frenó la actividad económica. “Por la recesión, los precios no acompañaron la suba del dólar, pero se ganó competitividad por la mala”, señalaron.
En paralelo, las tasas bancarias muestran señales de ajuste: los rendimientos de los plazos fijos bajaron hasta diez puntos desde las elecciones, ubicándose entre el 24% y el 33%, mientras que los créditos personales siguen con tasas nominales de hasta 150% anual. “Es un disparate —comentó Battista—, pero los bancos no bajarán las tasas hasta que caiga la morosidad y se reduzcan los encajes.”
El documento también expone un dato alarmante: la morosidad bancaria está “por las nubes”, lo que refuerza la reticencia de las entidades a prestar y encarece el crédito productivo. En contraste, el crédito de consumo —especialmente el de tarjetas— sigue siendo el más rentable para los bancos, mientras el productivo es el menos ofrecido.
Los periodistas recordaron que en 2007, cuando la inflación rondaba el 10%, las tasas de los préstamos personales eran del 15%. Hoy, con una inflación proyectada del 30%, la brecha se disparó. “Hay que volver a alinear esas variables, pero articular todos esos desafíos al mismo tiempo es complejo”, concluyeron.
A pesar del panorama adverso, Zlotnik y Battista identificaron algunas señales incipientes de reactivación, como los nuevos programas de financiamiento automotor a tasa cero. Sin embargo, advirtieron que su alcance es limitado: “No te financian la totalidad del vehículo, solo una parte. Cuando preguntás cuánto vale al contado, te das cuenta de que hay una tasa implícita”.
En definitiva, el informe refleja un diagnóstico claro: el poder adquisitivo se erosiona, los precios siguen en alza y las herramientas financieras no logran recomponer el equilibrio perdido. La clase media, motor histórico del consumo y la movilidad social, se encuentra hoy en una encrucijada.
Redacción: Diario Inclusión.










