La inflación, el gran fantasma del Gobierno no ha obtenido cifras tan negativas por parte del FMI y es que desde el organismo informaron que para 2024, se estima que la inflación anual cerrará en 139,7% y se proyecta que descenderá al 45% en 2025.
Pese a que las cifras no son malas, resultan más pesimistas que las del Gobierno Nacional, que prevé una inflación del 18,3% para 2025, según el presupuesto propuesto para el próximo año.
Para indagar en este tema, desde Canal E se comunicaron con el economista Carlos Burgueño, quien inició su descargo confirmando que «la economía argentina se contraerá un 3,5%, aunque la situación podría haber sido peor. En el primer semestre, la caída fue del 6%, pero se espera una leve recuperación en el segundo semestre».
Según Burgueño, para el próximo año, el Fondo estima un crecimiento del 5%, coincidiendo con la proyección del Gobierno presentada en el presupuesto en el Congreso. Y sobre la línea comentó: «Si se cumple esta expectativa, la economía se recuperaría lo suficiente para compensar la caída de este año y crecería alrededor de un 1,5% adicional».
Sobre la línea, el economista menciónó que persiste el problema del desempleo, que se considera una preocupación seria, especialmente en un año electoral. «En este segundo semestre, los sectores que están mostrando una recuperación significativa, como el agro, la refinación de petróleo y la minería, no son grandes generadores de empleo», agregó.
Consultado por el comercio, Carlos Burgueño manifestó que «no está cerrando el año con importantes mejoras para las pymes, y se prevé que tampoco tengan un año de crecimiento fuerte en 2025. Cuando hablamos de un posible crecimiento del 5% el próximo año, nos referimos principalmente al agro, la minería y algunos sectores industriales específicos, mientras que las terminales automotrices, por ejemplo, no tienen proyecciones optimistas».
Por otro lado, el economista habló del crecimiento y mencionó que «se concentrará en sectores que no demandan mucha mano de obra, lo que plantea interrogantes sobre sus implicaciones políticas y sociales. En energía, siderurgia y alimentos, es probable que la tendencia sea similar».
A modo de conclusión, Burgueño dijo: «Muchos proyectos mineros podrían avanzar el próximo año bajo un marco regulatorio que ha sido recientemente implementado, aunque dependerá de que las provincias se adhieran a estas normativas».