“Soy economista. El primer Presidente economista de la historia, para ser más preciso. Y como soy economista, probablemente por deformación profesional, para mí el destino de un pueblo se juega en las definiciones económicas que toma. Porque solo sobre la base de una economía sana las personas pueden ejercer verdaderamente su libertad”, destacó el mandatario esa noche en el Congreso cuando explicó, de entrada, por qué decidió él, en persona, presentar un “proyecto diametralmente opuesto a lo que nos tienen acostumbrados”. Una verdadera puesta en escena única en la que dio detalles de la mencionada hoja de ruta en cadena nacional y ante (algunos) diputados de la Nación.
Milei aseguró que este Presupuesto le pondrá un “cepo al Estado”.
Vale aclarar que el proyecto de Presupuesto debe presentarse por ley el 15 de septiembre y se hacía, al menos hasta ahora, con un mero acto administrativo despojado de grandilocuencia: el sellado con fecha y hora de la Mesa de Entradas del Congreso. Luego, el ministro de Economía y sus secretarios iban a la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso a “defender” sus proyecciones y responder preguntas de los legisladores nacionales. Ahí estarán en las próximas semanas, seguramente, Luis Caputo y su equipo.
No está demás aclarar tampoco –por si a esta altura hiciera falta– que ninguno de los presupuestos de los últimos años cumplió las metas planteadas, sobre todo las de inflación, dólar y PBI. Es más, la mayoría las incumplió por lejos. El proyecto 2023, por caso, tenía una previsión de inflación de 60%: fue más de tres veces esa cifra.
Resta saber qué pasará con el nuevo esquema de reaseguro fiscal que anunció el Presidente y que parece ser la nueva columna vertebral de su plan, ahora plasmada en el Presupuesto.
“Nuestra metodología presupuestaria va a lograr 3 objetivos inéditos. 1. Va a garantizar el equilibrio fiscal, terminando con el castigo de la deuda y la emisión. 2. Va a obligar al Estado a hacerse cargo y absorber el costo de eventuales recesiones. 3. Para los períodos de abundancia, como serán los años que vienen, va a obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la baja de impuestos”, dijo Milei e insistió con que se trata de una metodología que “blinda el resultado fiscal, más allá de la economía”.
Los números
Este año, la inflación terminará en 104,4%, estimó el Gobierno. Eso es igual a 9,6 puntos porcentuales que se sumarán a los 94,8 puntos ya registrados desde que comenzó el año.
Como la inflación se mide de manera acumulativa, para que el año cierre en 104,4% tendría que subir 4,97% en los 4 meses que restan. Por ejemplo y como ejercicio: 2,4% en septiembre, 1% en octubre, 0,5 en noviembre y 1% en el último mes del año. Un verdadero desafío.
En 2025 los precios se desacelerarán bruscamente a 18,3%, según el proyecto, luego del 104,% de este año y del 211,4% de 2023. La tendencia, se estimó, también seguirá en baja en adelante con registros de 11,6% para 2026 y de 7,4% anuales para el período siguiente.
El 18,3% estimado para 2025 contrasta de plano con otras proyecciones. El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco Central, marca que la inflación anual en 2025 será de 38,4%, más del doble de la estimación oficial (el REM también indicó que 2024 terminará en 122,9%). El FMI, en tanto, en su última proyección marcó que los precios treparán 45% el año que viene. Ambas estimaciones están muy por arriba del cálculo oficial.
Con respecto al valor del dólar oficial, la proyección marcó $1.019,9 por unidad para fin de año. A grandes rasgos, refleja que se buscará mantener el crawling peg de 2% mensual, al menos en lo que resta de 2024. El dólar oficial cerrará 2025 a 1.207 pesos. Si se sigue con la microdevaluación actual de 2% se llegaría a esa cifra ya a mediados de año: se supone que el Gobierno buscará bajarla a la mitad en los próximos meses.
El Gobierno espera que las exportaciones por bienes y servicios crezcan 7,7% el año que viene, después de la caída de 7,5% de 2023 y el salto de 23,2% de este año.
“Las cantidades exportadas de bienes y servicios se proyectan con un incremento de 7,7% en 2025, manteniendo un sendero de crecimiento en 2026-2027, mientras que el volumen importado también continúa avanzando, traccionado por el crecimiento económico, pero con una elasticidad al PIB decreciente hacia el fin del período. El valor exportado de bienes y servicios se proyecta con un aumento de 9,0% y el valor importado con una suba de 13,4% en 2025, resultando en un superávit comercial de USD 20.748 millones en el año”, explicó el documento oficial.
Finalmente, se destacó que el Gobierno proyectó una suba del PIB del 5,0% para 2025. La tendencia continuará en alza para los siguientes años, con otra suba proyectada de 5% para 2026 y de 5,6% para el año siguiente.
Para este 2024, la contracción será de 3,8 por ciento. Y es algo más de caída que lo que el propio Gobierno había estimado a mediados de año, cuando envió el adelanto del Presupuesto y dijo que la caída de la actividad sería este año de 3,5 por ciento.
“En 2025, el crecimiento proyectado del PIB está motorizado principalmente por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente. Por su parte, el sector agropecuario avanza 3,5%, luego de la recuperación de la cosecha del corriente. En suma, los rubros de bienes crecen en promedio 5,6%, por encima de los servicios, que suben 4,4%”, resumió el paper oficial.
“Por el lado de la demanda, se prevé una recuperación de todos los componentes; en particular, el Consumo Privado crece 4,5% y la Inversión, 9,9%. Continuando con los componentes de la demanda, se proyecta que el Consumo Privado siga creciendo en 2026-2027 (4,3% y 4,7%). También se proyecta un crecimiento sostenido de la Inversión (9,6% en 2026 y 10,2% en 2027)”, agregó el documento.
Con respecto a contexto internacional, los funcionarios de Milei tomaron la proyección del FMI de que la economía global crecerá 3,3% en año próximo, con una ligera aceleración para las economías avanzadas, donde se espera que el crecimiento aumente del 1,7% este año a 1,8% en 2025 que se verá moderada por la estabilidad en el crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo al 4,3% en 2024 y en 2025.
“Vale mencionar que, dados los pasos formales que comporta el proceso presupuestario, el escenario macroeconómico utilizado como insumo se elaboró en el mes de junio. Desde entonces, los datos que se fueron publicando permiten proyectar, para 2024, una caída del PIB menor a la estimada, asociada también a una inflación algo mayor a la esperada al inicio de la elaboración del Presupuesto”, aclaró el Gobierno al final del apartado “Proyecciones Macroeconómicas” del resumen del proyecto de Presupuesto 2025.
Así, se puede interpretar que las autoridades esperan que el 3,8% de caída que estiman para el año (y que subieron desde el 3,5% que había calculado anteriormente) podría ser menor.