Con elogios a la política económica y monetaria, Standard & Poors mejoró ayer la calificación de la deuda soberana en dólares. Sin embargo, los títulos argentinos siguen entre los peores de la Latinoamérica y sólo El Salvador y Venezuela tienen notas más deslucidas.
Ayer, la calificadora de riesgo Standard & Poors (S&P) subió la nota crediticia soberana de la Argentina de B- a B, y le asignó una proyección estable de largo plazo. Asimismo, el organismo elevó a «B» desde «B-» sus calificaciones de riesgo crediticio en moneda local y extranjera en escala global para la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, provincia de Buenos Aires, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos y Salta. El mismo camino siguieron las calificaciones en moneda extranjera y local de Banco Patagonia, Banco Galicia y Banco Hipotecario.
«Los pasos iniciales para resolver los grandes desequilibrios económicos del país y las distorsiones microeconómicas tales como la reducción de la inflación a un esperado 20% y 15% en 2017 y 2018, respectivamente, y el ajuste de las tarifas de servicios públicos a su costo subyacente, están ayudando a restaurar lentamente la estabilidad macroeconómica», afirmó S&P. La agencia destacó la reconstitución del Indec, y la independencia que está logrando el Banco Central mediante la reducción del financiamiento al gobierno central y el régimen de metas de inflación.
En un comunicado de prensa, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, se hizo eco de la noticia: «Esta mejora es reflejo del trabajo que venimos haciendo con las calificadoras y los entes reguladores del crédito en todo el mundo para mostrarles la velocidad y la profundidad de los cambios que se están llevando a cabo en Argentina». Y agregó: «Esta nota responde a la gestión que está haciendo el gobierno normalizando la economía y recuperando la credibilidad y la confianza del resto del mundo».
La última revisión que había hecho S&P sobre las deuda argentina había sido el 6 mayo de 2016, cuando la agencia subió la calificación desde el nivel de default selectivo hasta el «B-«, luego de que se abonaran los intereses del litigio con los holdouts. A partir de ayer, Argentina comparte su calificación crediticia con Ecuador, Camerún, Etiopía, Nigeria, Ruanda, Uganda y Zambia. Al respecto, Nery Persichini, economista de Inversor Global, señaló: «La noticia es positiva porque nos acerca a un umbral en el que los inversores tienen más confianza para invertir. Eso significa un menor costo de fondeo. De todos modos, no veo una gran ola de inversión. Creo que este cambio ya estaba en el precio de los bonos».
Más allá de la mejora, la deuda local sigue estando dentro del grupo de las inversiones especulativas y todavía tendrá que escalar 5 posiciones para llegar al «grado de inversión», es decir, para ser confiable para los inversores de todo el mundo. Actualmente, hay seis países de la región que por sus calificaciones tienen «grado de inversión»: Chile, México, Perú, Colombia, Panamá y Uruguay. «Brasil, que hasta hace poco estaba en ese selecto grupo, tuvo una rebaja en su nota y hubo una salida de capitales espectacular», acotó Persichini.
En cuanto al impacto que podría tener la nueva calificación, Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal, también opinó que los mercados ya se venían anticipando a la noticia: «Las subas empezaron en las últimas semanas, especialmente en el tramo medio de la curva. Los bonos provinciales del tramo medio de la curva subieron entre 2 y 3 dólares en los últimos días. Los bonos soberanos más largos, como el que vence en 2046, tuvieron un alza de 1 o 2 dólares». Y añadió: «En general, se observa mayor volumen y demanda. Estamos en el camino para ser un mercado emergente y para alcanzar el grado de inversión. Cada vez hay más participantes del mercado que pueden demandar bonos argentinos».
Leonardo Chialva, director de Delphos Investment, no coincidió con sus colegas e indicó que, en su visión, los precios de los bonos están retrasados. «Esta vez S&P se anticipó al mercado, que sigue mirando a los bonos argentinos como si estuvieran calificados como B-«. El analista advirtió: «Esto puede alertar a los mercados acerca de que empezó un proceso de recalificación en Argentina. Hoy, los bonos en dólares no los compra nadie y esto podría llamar la atención de fondos que invierten en es moneda».