La serie Menem, dirigida por Ariel Winograd y disponible en Prime Video, ha despertado un gran interés por su retrato de la política argentina de los años 90. Uno de los personajes que más llama la atención es Olegario Salas, interpretado por Juan Minujín, un fotógrafo que se mueve entre las sombras del poder, registrando tanto la imagen pública como los aspectos más íntimos del entonces presidente Carlos Saúl Menem.
Según informó la agencia Noticias Argentinas, Olegario Salas no existió en la vida real, sino que se trata de un personaje de ficción creado para la narrativa de la serie. Sin embargo, su construcción está inspirada en la figura real de Víctor Hugo Bugge, quien fue fotógrafo oficial de la Casa Rosada durante casi medio siglo.
Bugge comenzó su trabajo en 1978 y se retiró en 2025, después de 47 años de registrar momentos cruciales de la historia política del país. Su lente captó escenas históricas como la salida en helicóptero de Fernando de la Rúa en 2001 y la icónica caminata de Carlos Menem y Raúl Alfonsín en la Quinta de Olivos. A lo largo de su extensa carrera, fue testigo silencioso de acontecimientos que marcaron el rumbo de la Argentina contemporánea.
La serie no solo muestra el vínculo de Olegario Salas con el poder, sino que también se adentra en su vida personal. A través de los personajes de su esposa Amanda (interpretada por Jorgelina Aruzzi) y su hijo Migue (Valentín Wein), la ficción revela cómo la cercanía con los círculos de decisión impacta en la vida familiar y emocional de quienes están detrás de escena.
Aunque Bugge fue conocido por su profesionalismo y su bajo perfil, el personaje de Salas fue dotado de una personalidad compleja, con conflictos internos y un aura de misterio que agrega capas dramáticas a la serie. Esta licencia creativa permite explorar el costado humano del fotógrafo y su rol como testigo privilegiado de los vaivenes del poder.
Además de haber retratado a múltiples presidentes argentinos, Bugge también tuvo el honor de fotografiar al Papa Francisco en el Vaticano. A lo largo de su vida profesional enfrentó diversos desafíos personales, como el síndrome de Tourette y una depresión durante el gobierno de Alberto Fernández, lo que suma profundidad a su historia y explica, en parte, la fascinación por su figura.
El estreno de Menem ha vuelto a poner en primer plano el papel de los fotógrafos presidenciales como cronistas silenciosos de la historia. Olegario Salas, más allá de ser una creación de ficción, funciona como un homenaje a quienes, desde detrás de la cámara, capturaron los momentos más emblemáticos del poder político argentino.
Redacción Diario Inclusión








