La hegemonía del dólar, símbolo del poder económico estadounidense durante casi ocho décadas, enfrenta su mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial. China ha decidido construir un sistema financiero alternativo, sustentado en el oro físico, con el objetivo de reducir su dependencia del billete verde y liderar una nueva arquitectura monetaria global.
Según el informe, la decisión de Pekín se aceleró tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, cuando Estados Unidos y sus aliados congelaron cerca de 300.000 millones de euros en reservas del Banco Central ruso. El mensaje fue claro para el gobierno chino: el dólar puede ser utilizado como un arma geopolítica. Desde entonces, la acumulación de oro se transformó en una política de Estado.
El oro, pilar del nuevo sistema chino
El Banco Popular de China ha incrementado de forma constante sus reservas de oro, que en septiembre de 2025 alcanzaron las 2.300 toneladas, según datos del World Gold Council. Este volumen convierte al país en el principal comprador de oro del planeta, con una estrategia que busca respaldar su moneda y establecer una red alternativa de confianza financiera.
En ese marco, la Bolsa de Oro de Shanghái se consolidó como el mayor mercado físico de lingotes del mundo. En junio de este año, se inauguró su primera bóveda internacional en Hong Kong, permitiendo que otros países almacenen allí sus reservas sin pasar por el sistema occidental dominado por Londres o Nueva York. China ofrece a sus aliados guardar sus activos “a salvo de sanciones o congelamientos”, reforzando así su influencia global.
Un desafío regulatorio y monetario
Pekín también impulsa cambios normativos que favorecen al oro dentro del sistema bancario internacional. Con las nuevas reglas de Basilea III, el metal precioso pasó a considerarse un activo de “máxima calidad”, al mismo nivel que el efectivo o los bonos soberanos. China busca ahora que el oro sea reconocido como un activo líquido de alta calidad (HQLA), lo que permitiría usarlo como garantía en los mercados de financiación interbancaria, hoy dominados por los bonos del Tesoro estadounidense.
Si ese objetivo se concretara, advierten los analistas, el monopolio del dólar en las transacciones globales podría debilitarse drásticamente. Un aumento del 20% en las reservas globales de oro, estiman, podría generar una demanda adicional de 2,5 billones de dólares y disparar el precio del metal a niveles históricos.
Dos modelos en pugna: oro físico vs dinero digital
Mientras China apuesta por un sistema financiero respaldado en oro y soberanía monetaria, Estados Unidos prepara su contraofensiva en el terreno tecnológico. El auge de las criptomonedas institucionalizadas, como el ETF de Bitcoin de BlackRock —que ya administra activos por casi 100.000 millones de dólares— y la expansión de las stablecoins o monedas digitales estables, consolidan un nuevo frente financiero digital impulsado desde Wall Street.
Así, el mundo avanza hacia una competencia abierta entre dos modelos económicos: el bloque liderado por China, que respalda su moneda con activos tangibles, y el de Occidente, que confía en la innovación tecnológica y la velocidad de las transacciones digitales.
Más que el fin del dólar, los expertos anticipan el fin de su monopolio y el inicio de una nueva era de dinero dual, donde la confianza —ya sea en el oro o en los algoritmos— determinará el poder global del futuro.
Redacción: Diario Inclusión.










