Al menos 79 personas murieron en la Franja de Gaza y otros 228 resultaron heridos el miércoles en ataques israelies, informó este jueves el Ministerio de Sanidad gazatí en su reporte diario, que recoge cifras del día anterior. Con estas víctimas, el número de fallecidos en el territorio palestino producto de los bombardeos desde octubre de 2023 asciende a 65.141 mientras que los heridos alcanzan los 165.925. La cartera recalcó que no puede calcular el número de víctimas atrapadas bajo los escombros, ya que tras los bombardeos, las unidades de rescate en Gaza no pueden realizar las operaciones por la falta de maquinaria pesada y combustible.
Muertes por desnutrición
A las cifras mencionadas, hay que sumarle que ya hay un total de 435 gazatíes muertos debido a la desnutrición y el hambre en la Franja desde el inicio de la guerra, consecuencia del bloqueo israelí a la entrada masiva de alimento y ayuda humanitaria.
En total, el miércoles se registraron en los hospitales gazatíes cuatro muertes por esta causa, incluyendo un menor de edad. Entre los niños, son ya 147 los fallecidos. Entre los menores de edad hay bebés de tan solo días de edad, otros que tenían meses de vida, pero también niños pequeños y ancianos. A veces, según médicos en la Franja, son las propias madres las que padecen malnutrición y no pueden dar de mamar a sus recién nacidos.
Desde el pasado 22 de agosto, cuando la CIF (Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases) declaró la existencia de hambruna en la ciudad de Gaza y áreas aledañas, se han registrado 157 muertes, incluidos 32 niños. El informe publicado por la CIF indica que un total de 1,6 millones de gazatíes sufren hambre, entre ellos una tercera parte (más de medio millón) de manera crítica, al padecer de una privación extrema de alimentos, mientras que el resto de la población se encuentra en situación de crisis alimentaria.
Israel no permite la entrada masiva de ayuda humanitaria mediante camiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde hace más de seis meses –alegando sin pruebas que el grupo islamista Hamas se beneficia de estos suministros–, e implementó un sistema de reparto de alimento a través de unos complejos militarizados, la mayoría en el sur del enclave, obligando a la población a desplazarse hasta ellos.
Casi a diario, las tropas israelíes abren fuego cerca de los puntos de entrega a fin de dispersar a las miles de personas que acudían en busca de algo de comida. Según Sanidad, unos 2.500 palestinos han sido asesinados en sus alrededores o cerca de los puestos de control militares por donde pasan los escasos camiones que Israel sí deja entrar. Además el ejército recomendó recientemente a las autoridades israelíes que suspendieran la ayuda procedente desde Jordania para Gaza tras un ataque que causó dos muertos en el paso fronterizo de Allenby.
Desplazados al sur
En paralelo, Israel profundizó su nueva ofensiva en ciudad de Gaza por tercer día consecutivo. Tanques y aviones de combate israelíes bombardearon la zona, lo que obligó a muchos de sus habitantes a huir en masa hacia el sur del territorio palestino. Una fila ininterrumpida de palestinos iban a pie o en carretas tiradas por burros, llevando consigo sus pocas pertenencias, según informó la agencia de noticias AFP.
Los militares israelíes anunciaron la apertura de una ruta de paso temporal a través de la carretera Salah al Din, que atraviesa de norte a sur el centro de la Franja. Sin embargo, este corredor permanecerá abierto solo hasta el viernes al mediodía. Según estimaciones de la ONU, alrededor de un millón de personas vivían a finales de agosto en Ciudad de Gaza y sus alrededores.