En medio de un contexto global signado por la inestabilidad política, conflictos armados y desconfianza en el dólar, Polonia ha emprendido una ambiciosa estrategia de acumulación de oro sin precedentes. Solo en 2024, el Banco Central polaco compró 90 toneladas de este metal precioso, llevando sus reservas a 451 toneladas, lo que representa el 17,6% de sus reservas internacionales. Su objetivo: alcanzar el 20%.
Esta política coloca a Polonia por encima de potencias como el Reino Unido en términos de reservas auríferas. La fiebre del oro que vive el país responde a factores geopolíticos, históricos y económicos, y es parte de un movimiento más amplio que involucra a otros países como China, Rusia, India y Turquía.
Oro, refugio en tiempos de turbulencia
En febrero de 2025, el oro alcanzó un precio récord cercano a los 3.000 dólares por onza. Este repunte refleja la creciente incertidumbre mundial. Las tensiones geopolíticas —como la guerra en Ucrania, los conflictos en Medio Oriente y las políticas comerciales de Estados Unidos— han generado temores de una recesión global. En este escenario, el oro recupera protagonismo como activo refugio.
Además, países como Polonia ven en el oro una herramienta para reducir su exposición al dólar y al sistema financiero dominado por EE. UU., cuya deuda pública escaló del 63% del PBI en 2008 al 120% en 2024. Esta pérdida de confianza impulsa la diversificación de reservas hacia activos más estables.
Una lección del pasado
La estrategia de Polonia no es meramente económica. Su historia está marcada por invasiones, particiones y ocupaciones. En 1939, ante la invasión nazi-soviética, evacuó sus reservas de oro a Francia, luego al Reino Unido y finalmente a Canadá. Aunque logró resguardar su riqueza, quedó a merced de otros países para acceder a ella. Por eso, en la última década, ha comenzado a repatriar su oro y asegurar su resguardo dentro del territorio nacional.
“Queremos evitar repetir los errores del pasado”, afirmó el gobernador del Banco Central polaco. La vecindad con Rusia y Bielorrusia, ambos actores centrales en la invasión a Ucrania, refuerza esa visión estratégica.
Defensa y soberanía económica
Polonia también ha aumentado su gasto militar a niveles récord dentro de la OTAN, buscando no depender de aliados para su seguridad. La acumulación de oro complementa esa visión: le otorga independencia económica ante posibles sanciones o crisis financieras internacionales.
En suma, Polonia se perfila como el ejemplo más claro de cómo los bancos centrales están reconfigurando su estrategia de reservas. Su mensaje es contundente: en un mundo volátil, el oro es sinónimo de soberanía.
Redacción: Diario Inclusión.