El secretario general de la ONU, António Guterres, abrió los debates de alto nivel de la Asamblea General advirtiendo de los graves peligros a los que se enfrenta el mundo por los conflictos, el cambio climático y el aumento de la inseguridad y la desigualdad.
«Nuestro mundo está en problemas», dijo Guterres a los líderes mundiales reunidos en Naciones Unidas, a los que pidió evitar la división y trabajar juntos.
En su primera Asamblea General como jefe de la ONU, el diplomático portugués advirtió que el sentimiento de comunidad en el mundo se está «desintegrando». Guterres expresó su preocupación por la escalada nuclear que, alertó, «nunca fue tan alta desde la Guerra Fría».
«El miedo no es abstracto. Millones de personas viven bajo una sombra de terror causada por provocadoras pruebas nucleares de Corea del Norte», indicó el diplomático portugués, quien sin embargo matizó con que los «discursos exaltados» sobre ese país oriental aumentan los riesgos y las tensiones.
«Cuando aumentan las tensiones, también lo hacen las posibilidades de un error de cálculo. Las palabras exaltadas pueden llevar a malentendidos fatales», aseguró Guterres.
Por ello, invitó al Consejo de Seguridad de la ONU a trabajar en unidad para hallar una «solución política» y aconsejó a los líderes mundiales «no proceder como sonámbulos hacia la guerra».
En su primer discurso ante la Asamblea General anual, que comenzó en Nueva York y culminará el lunes próximo, Guterres hizo un repaso de las principales crisis actuales.
La tensión en torno a la situación en la península coreana, el cambio climático, la crisis de refugiados, las desigualdades y la guerra en Siria ocuparon una buena parte de su discurso.
«Nuestro mundo está en problemas», dijo Guterres a los líderes mundiales reunidos en Naciones Unidas, a los que pidió evitar la división y trabajar juntos.
«Las sociedades están fragmentadas. El discurso político está polarizado. La confianza dentro y entre los países está siendo reducida por aquellos que buscan demonizar y dividir», señaló el portugués, antes de señalar que con «unidad» el mundo puede recuperar la confianza, impulsar la paz y mejorar la vida de todos.
Guterres, quien habló minutos antes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también llamó a los líderes mundiales a implementar el Acuerdo de París contra el cambio climático, del que Washington anunció que saldrá.
«Hoy sabemos lo necesario para actuar. La ciencia es irrefutable», subrayó el diplomático, que además recordó que la lucha contra el cambio climático también representa oportunidades económicas, ya que abre nuevos mercados que crean empleos y generan crecimiento.
Por otro lado, Guterres criticó la falta de solidaridad frente a la crisis de refugiados, que generó una situación de «puertas cerradas» y «hostilidad abierta» contra las decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonar sus países por la guerra o por las crisis económicas y políticas.
«Seamos claros: no nos enfrentamos solo a una crisis de refugiados, también nos enfrentamos a una crisis de solidaridad», aseveró Guterres, quien además criticó a «figuras políticas que alentaron el resentimiento en busca de beneficios electorales».
Por último, el diplomático portugués recordó que él también es un inmigrante, al igual que muchas de las personas que estaban escuchando su discurso ante el pleno de la Asamblea, pero ninguno debió sortear los peligros que sí debieron atravesar los refugiados.
«La migración segura no puede estar limitada a la élite global», remató el secretario general de la ONU, que asumió el 1 de enero de este año para suceder al coreano Ban Ki-moon.