Vecinos y organizaciones comunitarias de Salvador Mazza (Argentina) y San José de Pocitos (Bolivia) denunciaron una grave crisis sanitaria provocada por el vertido de aguas residuales en la Quebrada Internacional. Ante la falta de respuestas, las comunidades anunciaron un paro fronterizo de 48 horas en rechazo al nuevo sistema de alcantarillado que se construye del lado boliviano.
Según un comunicado, las negociaciones con las autoridades se encuentran en un “cuarto intermedio” sin avances reales. Denuncian que el proyecto en ejecución “es inviable sanitariamente y está basado en la desinformación”.
“El proyecto no se limita a Pocitos; está diseñado para recibir grandes volúmenes de desechos cloacales de Yacuiba y otras áreas de Bolivia. Esto convierte el nuevo desagüe en un megaproyecto de contaminación binacional, que solo agrava el problema histórico de vertido al río internacional”, señalan.
Ante la falta de respuesta, las comunidades de Salvador Mazza y Pocitos han resuelto iniciar una medida de fuerza conjunta que consiste en “suspender toda actividad comercial en el paso fronterizo hasta obtener un compromiso escrito, transparente y auditable”.
Piden se garantice: la paralización inmediata de las obras del desagüe contaminante hasta su reevaluación técnica y consulta ciudadana binacional; y la implementación de una solución sanitaria definitiva y sostenible para Pocitos y Salvador Mazza.
“Hacemos un llamado a la comprensión de los transportistas y comerciantes afectados: nuestra salud no se negocia. Exigimos la intervención de Cancillería argentina y boliviana para abordar esta crisis de salud pública transfronteriza con la seriedad que amerita”, insisten.










