Desde la Unidad Penal N.º 6 de Goya, Corrientes, Leonardo Cositorto volvió a sacudir el tablero político con declaraciones explosivas. En una entrevista radial, el fundador de Generación Zoe —condenado a 12 años de prisión por asociación ilícita y estafas reiteradas— afirmó haber realizado aportes económicos a las campañas de Diego Santilli en 2021 y de Javier Milei en 2023.
“Yo aporté USD 32.500 a la campaña de Santilli. Lo hice porque quería un cambio para la Argentina”, declaró Cositorto, visiblemente molesto por lo que considera una traición política. “Me molesta que ahora salgan a negarme, como si tuviera lepra”, disparó desde su celda, en referencia a las desmentidas públicas del diputado bonaerense.
El empresario también aseguró haber colaborado con la carrera automovilística de Nicanor Santilli, hijo del dirigente, y con gastos logísticos durante la campaña. Según su testimonio, el contacto se habría dado a través de Gabriel González, conocido por su rol como “Rosita” en televisión, quien lo vinculó con Martiniano Molina y otros referentes de Juntos por el Cambio.
En paralelo, Cositorto reconoció haber apoyado económicamente a Javier Milei en 2023, aunque sin precisar montos. “Yo no soy Fred Machado. Voy de frente, salgo a pelear. Si tengo que apoyar públicamente, lo hago. Pero no quiero que me corran el rostro ni me manchen”, agregó, en alusión al empresario acusado de narcotráfico que salpicó la candidatura de José Luis Espert.
Consultado en 2022 por su presunto vínculo con Cositorto, Santilli negó cualquier relación. “No lo conozco, no tengo ningún vínculo. No sé quién es, nunca tuve relación en mi vida”, afirmó entonces, calificando las acusaciones como una “burda operación política”.
La revelación se produce en medio de la disputa judicial por el armado de listas en la provincia de Buenos Aires, donde Santilli podría encabezar la boleta de La Libertad Avanza tras la renuncia de Espert. La Justicia Electoral aún debe definir si el corrimiento es válido o si se mantiene la paridad de género con Karen Reichardt al frente.
Mientras tanto, la figura de Cositorto vuelve a emerger como un fantasma incómodo para la política argentina. Su condena por liderar un esquema piramidal que estafó a 118 personas por más de $776 millones no impide que su voz desde la cárcel siga generando ruido en el escenario electoral.
Redacción Diario Inclusión










