En un giro diplomático inesperado, Argentina y el Reino Unido retomaron conversaciones militares tras años de distanciamiento. Según The Economist, el diálogo se reactivó en febrero de 2024, pocos meses después de la asunción de Javier Milei, y apunta a establecer acuerdos que permitan a Argentina acceder a equipamiento militar compatible con la OTAN.
El acercamiento se da en un escenario de creciente preocupación por la presencia de China y Rusia en la región, especialmente en la Antártida, donde ambas potencias operan 15 bases. Estados Unidos, aliado de Milei, ve con buenos ojos la modernización militar argentina, siempre que se mantenga dentro del eje occidental.
Argentina busca que el Reino Unido flexibilice las restricciones impuestas tras la guerra de Malvinas, que impiden la compra de armamento con componentes británicos. En paralelo, Londres exige una aceptación tácita de su rol en el Atlántico Sur, sin que ello implique renunciar al reclamo argentino sobre las islas.
El diálogo incluye gestos simbólicos como visitas a tumbas de soldados argentinos en Malvinas, acuerdos para compartir datos pesqueros y la posible reanudación de vuelos directos. También se prevé que delegaciones británicas visiten Buenos Aires en los próximos meses, consolidando el vínculo bilateral.
Milei ha manifestado su intención de aumentar el presupuesto de defensa del 0,5% al 2% del PBI en siete años, y solicitó el estatus de socio global de la OTAN. Esta postura prooccidental, sumada a su admiración por Margaret Thatcher, genera tensiones internas y cuestionamientos sobre la coherencia del reclamo soberano.
Aunque el Reino Unido se muestra cauteloso, existe margen para revisar el embargo si se considera que las ventas no afectan sus intereses estratégicos. Sin embargo, sectores políticos y sociales en ambos países advierten que cualquier acuerdo podría ser interpretado como una concesión en la disputa por Malvinas.
Redacción Diario Inclusión









