En un giro que combinó estrategia empresarial, nostalgia y patriotismo golosinero, el grupo Georgalos anunció la recuperación de la marca Mantecol, emblema indiscutido de las mesas argentinas durante las Fiestas. El anuncio se hizo oficial en julio de 2022, cuando la empresa cerró un acuerdo con Mondelez International (ex Cadbury), por el cual se quedó no solo con la icónica marca, sino también con la planta productiva en Victoria (Buenos Aires) y otras marcas como Palitos de la Selva, Bazooka, Jirafa y Lengüetazo.
El Mantecol había sido vendido en enero de 2001 por 22 millones de dólares como último recurso para evitar la quiebra, en un contexto económico adverso agravado por el «efecto tequila» y una deuda millonaria. Esta decisión fue especialmente dolorosa para la familia Georgalos, ya que el Mantecol no solo representaba un tercio de las ventas, sino también el origen mismo de la empresa.
La historia del Mantecol se remonta a 1939, cuando Miguel Georgalos, un joven inmigrante griego, llegó a la Argentina escapando de la inminente invasión nazi en Europa. Nostálgico por el halvá, un postre tradicional de Medio Oriente, creó una versión local adaptada con pasta de maní, dando nacimiento a una golosina que se volvería inmortal.
Desde entonces, el producto evolucionó: desde los bloques de tres kilos envueltos en celofán, hasta las versiones individuales, bañadas en chocolate, con cereales, praliné o incluso esencia de ron. Durante los 2000, mientras la marca estaba en manos extranjeras, Georgalos lanzó Nucrem, una alternativa que ganó su propio público y que continuará en el mercado.
En declaraciones al medio iProfesional, el CEO de Georgalos, Diego Alonso, afirmó que «este retorno es una revancha emocional y empresarial». La operación significó además un fuerte golpe simbólico en la industria, al tratarse de una de las pocas veces que una gran marca vuelve a manos nacionales después de décadas de extranjerización.
Con esta jugada, Georgalos no solo recupera un producto; reconquista una parte esencial de la memoria afectiva del consumidor argentino. La expectativa ahora está puesta en las fiestas de fin de año, donde Mantecol promete volver a brillar en cada mesa.
Redacción: Diario Inclusión.