Luis Caputo, ministro de Economía, fue convocado por la Cámara de Diputados para brindar explicaciones sobre el acuerdo financiero que negocia con Estados Unidos. La interpelación fue aprobada por 131 votos a favor y 70 en contra, y se fijó para el miércoles 15 de octubre a las 12 horas, en coincidencia con el inicio del debate por el Presupuesto 2026.
La iniciativa fue impulsada por el diputado Itai Hagman (Unión por la Patria), quien denunció que el Gobierno está “entregando la gestión económica a funcionarios de una potencia extranjera”. En un gesto provocador, mostró una boleta ficticia con los nombres de Scott Bessent (secretario del Tesoro de EE.UU.) y Kristalina Georgieva (directora del FMI), como si fueran candidatos de La Libertad Avanza.
Caputo se encuentra en Washington negociando un salvataje financiero que incluiría un swap por USD 20.000 millones, canalizado a través del Fondo de Estabilización Cambiaria. El anuncio oficial sería realizado por Donald Trump durante su reunión con Javier Milei en la Casa Blanca el 14 de octubre.
La oposición exige conocer los términos del acuerdo, los compromisos asumidos y el impacto sobre la soberanía económica. “No sabemos qué está negociando ni a cambio de qué. Es imprescindible que venga a explicar con lujo de detalle”, reclamó Hagman, quien calificó el pacto como un “salvataje político” orientado a garantizar la reelección de Milei.
Además de la interpelación, se convocó a un plenario de comisiones para reafirmar las atribuciones exclusivas del Congreso sobre todo empréstito tomado por el país, según el artículo 75 de la Constitución Nacional. La medida busca evitar que el Ejecutivo avance con acuerdos internacionales sin aprobación legislativa.
Caputo no asistió al Congreso en 2024 durante el debate presupuestario, y su regreso al país aún no está confirmado. Podría extender su estadía en EE.UU. para participar de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, lo que pondría en duda su presencia en la sesión del 15 de octubre.
La interpelación se da en un clima de creciente tensión institucional, donde el Congreso busca recuperar protagonismo frente a decisiones estratégicas que afectan el rumbo económico del país. El acuerdo con EE.UU. podría marcar un punto de inflexión, pero también abrir un debate profundo sobre transparencia, soberanía y legitimidad democrática.
Redacción Diario Inclusión