En medio de la tensión política y económica tras la derrota electoral de Javier Milei en Buenos Aires, un sector del peronismo con base provincial presentó en el Senado un proyecto para reformar la estructura del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La iniciativa busca reducir el número de directores y otorgar mayor representación a las provincias, en lo que sus autores denominan la “Ley anti Anker”, en referencia a la consultora vinculada a Luis Caputo y Santiago Bausili.
El texto propone modificar la Ley 24.144 para que el directorio del BCRA esté compuesto por ocho miembros: presidente, vicepresidente y seis directores. De estos, tres serían designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, dos por la Cámara alta según su composición política, y uno por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), organismo que nuclea a los gobernadores.
Los senadores Guillermo Andrada (Catamarca), Carolina Moisés (Jujuy) y Fernando Rejal (La Rioja), del bloque Convicción Federal, lideran el proyecto. Argumentan que la actual conducción del BCRA carece de autonomía real y responde a intereses privados, debilitando la coordinación entre política monetaria y desarrollo federal del crédito.
El proyecto también recuerda que hasta 1992 existían representantes de bancos provinciales en el directorio, eliminados tras una reforma de la Carta Orgánica. Según sus autores, esta exclusión ha profundizado las desigualdades estructurales en el acceso al crédito entre regiones, y contradice el mandato constitucional de 1994 que establece un banco federal con facultad de emitir moneda.
En paralelo, diputados santafesinos del bloque Encuentro Federal habían presentado una propuesta similar, que incluía la creación de consejos regionales con participación de cámaras empresarias y sindicatos. Su objetivo: asesorar y evaluar políticas monetarias, bancarias y cambiarias desde una perspectiva territorial.
Ambos proyectos se inspiran en modelos internacionales como la Reserva Federal de EE.UU., el Bundesbank alemán y el Banco Nacional de Suiza, donde la descentralización permite mayor equilibrio regional y estabilidad macroeconómica. En Argentina, la iniciativa busca dar voz a las provincias en decisiones clave sobre emisión, tasas y reservas.
Con este movimiento, el peronismo provincialista busca reposicionarse como actor institucional frente al avance de políticas centralistas y tecnocráticas. La discusión sobre el rol del BCRA promete abrir un nuevo capítulo en el debate sobre federalismo económico y autonomía financiera.
Redacción Diario Inclusión