Tras la dura derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el gobierno de Javier Milei decidió no realizar cambios en su Gabinete, a pesar de las expectativas generadas en reuniones internas. La figura que emergió con mayor fuerza fue Karina Milei, quien logró sostener la estructura actual y consolidar su influencia en la toma de decisiones.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció la creación de una “mesa política” para coordinar acciones con gobernadores, aunque se trata de un espacio que ya existía y que reúne cada martes a los principales referentes del oficialismo: Karina Milei, Guillermo Francos, Santiago Caputo, Patricia Bullrich, Martín Menem y el propio Adorni.
La falta de modificaciones generó sorpresa en sectores del oficialismo que esperaban la salida de Eduardo “Lule” Menem, uno de los funcionarios más cuestionados. Según fuentes cercanas, el presidente no logró convencer a su hermana de avanzar con esa remoción, lo que evidencia el peso político que Karina Milei tiene dentro del Ejecutivo.
Santiago Caputo, asesor clave en comunicación, habría quedado en estado de “shock” tras el anuncio, ya que impulsaba un plan de “unidad nacional” que incluía sumar figuras del PRO y del peronismo no kirchnerista. La resistencia interna frustró esa estrategia y dejó en evidencia las tensiones dentro del círculo presidencial.
La decisión de mantener el Gabinete sin cambios, en medio de una crisis política y económica, recuerda las maniobras del macrismo ante situaciones similares. Para algunos analistas, el gobierno muestra falta de reacción y dependencia de un núcleo cerrado de poder, donde Karina Milei parece tener la última palabra.
Redacción Diario Inclusión