En cada elección legislativa, el sistema D’Hondt se convierte en protagonista silencioso del reparto de poder en el Congreso argentino. Este método matemático, utilizado para distribuir bancas entre las listas que superan el piso electoral, busca garantizar una representación proporcional, aunque no siempre equitativa.
El mecanismo se aplica en los distritos electorales donde se eligen diputados y senadores. Cada lista que supera el 3% de los votos válidos entra en competencia por las bancas disponibles. Luego, se divide la cantidad de votos obtenidos por cada lista entre números consecutivos (1, 2, 3, etc.), y se asignan las bancas a los cocientes más altos.
Este sistema favorece a las fuerzas más votadas, ya que sus cocientes iniciales suelen ser más altos. Por eso, aunque es proporcional, tiende a consolidar mayorías y reducir la fragmentación parlamentaria. En distritos con pocas bancas en juego, los partidos minoritarios tienen menos chances de acceder a representación.
En Argentina, el D’Hondt se utiliza desde 1983 para la Cámara de Diputados y también en elecciones provinciales y municipales. Su aplicación ha sido objeto de críticas por parte de sectores que reclaman mayor equidad para las fuerzas emergentes, especialmente en contextos de polarización.
Además, el sistema no contempla la paridad de género en la asignación de bancas, aunque la ley de paridad obliga a que las listas estén conformadas de manera alternada entre varones y mujeres. Esto genera tensiones cuando los resultados modifican el orden de ingreso previsto por las listas.
Expertos en derecho electoral destacan que el D’Hondt es uno de los métodos más utilizados en el mundo, pero advierten que su impacto depende del diseño institucional y del número de bancas en disputa. En Argentina, su efecto suele ser más notorio en provincias con menor cantidad de representantes.
Con cada elección, el sistema vuelve a estar bajo la lupa. ¿Es justo? ¿Es funcional? Lo cierto es que, más allá de las críticas, el D’Hondt sigue siendo el algoritmo que transforma votos en poder legislativo.
Redacción Diario Inclusión









