El liderazgo de Cristina Kirchner es cada vez más cuestionado en el peronismo. Aunque hacia afuera predomina la cautela, puertas adentro dirigentes de peso reconocen que su ciclo político atraviesa una etapa de agotamiento. La confección de listas de diputados nacionales y las derrotas electorales recientes profundizaron el malestar.
Las causas judiciales que enfrenta, su detención en San José 1111 y la condena en la Causa Vialidad, con decomiso de propiedades e inhabilitación para ocupar cargos públicos, limitaron su capacidad de conducción. En paralelo, gobernadores y referentes del interior buscan mayor autonomía y evalúan alternativas de liderazgo.
En el Congreso, algunos mandatarios impulsan cambios en la conducción del bloque para modificar su identidad. Se mencionan nombres como el tucumano Pablo Yeldlin, aunque Germán Martínez sigue siendo valorado como interlocutor clave con los gobernadores, pese a su cercanía con el kirchnerismo.
El Frente Renovador también plantea la necesidad de una renovación. Voces influyentes sostienen que el ciclo de CFK “está agotado” y que el peronismo debe trabajar en unidad para 2026, un año que se anticipa de cambios inevitables.
Mientras tanto, Cristina continúa con su defensa pública. En el Encuentro Plurinacional de Mujeres en Corrientes, denunció su proscripción como “metáfora disciplinadora” de una Argentina endeudada y con jóvenes privados de oportunidades laborales y educativas.
El debate interno refleja una tensión entre respeto a su figura histórica y la necesidad de abrir paso a nuevos liderazgos. Gobernadores, intendentes y legisladores coinciden en que el peronismo debe iniciar un proceso de renovación para recuperar representación y competitividad electoral.
✍️ Redacción Diario Inclusión










